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La Tonchalá dejó muerte y destrucción en Cúcuta

El desbordamiento de la quebrada cobró cinco vidas. La Opinión les trae el relatao de una sobreviviente.

La tragedia vivida por decenas de familias del barrio 23 de Enero por el desbordamiento de la quebrada Tonchalá, mostró la peor cara del invierno que por estos días azota a Cúcuta y el departamento.

La muerte y la destrucción sorprendió a estas humildes familias asentadas en esta zona vulnerable en el occidente de Cúcuta, sector Valles del Rodeo, justo en medio de un aguacero como pocas veces ha caído en esta capital.

La quebrada que en el pasado bajaba apacible con sus aguas cristalinas, golpeó con ímpetu las puertas de los ranchos y casas de ladrillos, dando un tiempo no mayor a los cinco minutos para que sus moradores las abandonaran y se pusieran a salvo, para después arrasarlas sin contemplación alguna.

Muchos no tuvieron tiempo de salir y debieron guarecerse en los techos, platabandas o segundos pisos de las viviendas más robustas, sin embargo, otros con menos suerte fueron llevados por el buche de agua junto a las tablas, láminas de zinc y enseres que la naturaleza les estaba arrebatando.

En pocos minutos se perdió el trabajo de muchos años y más doloroso aún, se apagaron vidas de personas que por diferentes circunstancias un día levantaron sus viviendas junto a una inofensiva vertiente de agua que perdió su curso.

Sobreviviente 

Dilia Milena Gallardo, de 28 años, natural de Pelaya (Cesar), fue arrastrada por la corriente y rescatada kilómetros abajo varias horas después, aferrada a un árbol que fue su salvación y que le permitió el reencuentro con el esposo y su hijo de 11 años, quienes, por fortuna, hacia las 9 de la noche del martes 17 de noviembre estaban en culto religioso lejos del peligro. 

Empezó a meterse el agua a las casas y todos empezaron a salir, pero yo me quedé subiendo el colchón y otras cosas a una parte más alta sin pensar que el agua iba a llegar tan alto. Al salir encontré a mi vecino Jesús y le pedí ayuda, pero no pudimos cruzar la calle y nos tuvimos que subir por una escalera al techo de la casa junto a ´Calalo´y la señora Reina y seguir por los techos de las casas que se iban cayendo, hasta que nos alcanzó la avalancha y nos arrastró. Solo sobrevivimos dos, la señora Reina y Jesús fueron encontrados muertos”. 

Dilia como un milagro, encontró en medio de la corriente un escaparate al que se agarró con todas sus fuerzas y así navegó hasta que halló el árbol salvador. El rescate tuvo lugar ayer hacia la 1:00 de la mañana, a la altura del Anillo Vial Occidental, por parte de personas de la comunidad, unas cuatro horas después de que la lluvia arreciara.

Reporte de daños

El alcalde Jairo Yáñez, quien ha estado al frente de toda la operación de atención ante la emergencia, dijo que más de 250 familias en el 23 de Enero perdieron absolutamente todo y “el balance no puede ser otro diferente sino el de la preocupación, para acompañar a todas ellas en forma solidaria y hacer un llamado a toda la ciudadanía para que en el menor tiempo posible mediante los clubes rotarios que  estamos convocando y la Unidad de Gestión del Riesgo de la Alcaldía, nos desboquemos a buscar la ayuda humanitaria”.

Dijo que están convocando a los habitantes de Cúcuta a una gran donatón para atender a estas familias que serán reubicadas en albergues temporales en los que puedan pasar unas noches mientras se estudian alternativas de reubicación.

Se está recibiendo ropa, utensilios de cocina, alimentos, estufas para preparar los alimentos, elementos de aseo, colchonetas, entre otros, para asistir a estas personas, la mayoría niños y adultos mayores. 

Agregó que en la ciudad hay al menos 80 sitios que han tenido afectaciónes por la temporada invernal, donde la gente ha resultado damnificada por cuenta de la naturaleza que cobra la irresponsabilidad de muchos que no entienden la importancia de proteger el medio ambiente para proteger la vida misma. 

“Esto es como la avalancha de Armero, con más de 150 casas arrasadas, imágenes tan duras y tristes de no menos de 600 personas damnificadas”, añadió Yáñez. 

Huber Plaza, secretario de Gestión de Riesgos y Desastres, dijo que además de lo ocurrido en el 23 de Enero y Arrayanes, los aguaceros dejaron 50 familias damnificadas en el asentamiento La Isla, 30 en Manuela Beltrán y 50 en Caracoles, Villas de San Diego, Valles de Girón.

San Rafael y Doña Nidia

En la calle 4 con avenida 6 del barrio Doña Nidia, en Atalaya, una humilde vivienda de tablas y parte de una casa de material fueron a dar a un barranco por un deslizamiento de tierra ocasionado por las fuertes lluvias caídas la noche del martes 17 de noviembre. Esos inmuebles eran ocupados por 13 adultos y 11 niños. 

En la parte posterior de unas 14 viviendas de la avenida 0 con calle 30 del barrio San Rafael, la socavación producida por las crecidas aguas del río Pamplonita amenazaban con derribarlas completamente, lo que obligó a sus moradores a abandonarlas previendo  un desastre. Hasta el lugar fue desplazada maquinaria pesada para encausar las aguas, sin embargo, por el fuerte caudal no habían iniciado los trabajos.

En Los Arrayanes, el agua cubrió casi dos pisos 

La tranquilidad con la que los habitantes del conjunto cerrado Los Arrayanes pasaban la noche del martes 17 de noviembre de 2020, también fue interrumpida por el desbordamiento de la quebrada Tonchalá. 

La furia de la naturaleza hizo que el parqueadero y el primer piso del conjunto residencial se inundaran por completo, lo que provocó que cientos de familias lo perdieran todo.

Según el relato de los damnificados, el desbordamiento de la quebrada, para ellos fue como una explosión que sucedió en cuestión de minutos. 

“No nos dio chance de rescatar a todas las personas. La quebrada empezó a romper y a destruir casas. Lo que hicimos fue treparnos en las partes altas para que el agua no nos alcanzara. Los carros y motos, todos se dañaron”, dijo una de las afectadas en medio del llanto. 

San Fernando del Rodeo, la constructora que estuvo al frente de la obra de Los Arrayanes  lamentó la situación en un comunicado, e informó que desde el momento en que se manifestó el desastre natural, han hecho presencia y acompañamiento a las familias, adelantando permanente seguimiento y apoyo a la Copropiedad, llevando a cabo la evaluación y caracterización de las afectaciones causadas. 

De igual forma, informaron que ya han procedido a “tramitar ante los aseguradores, lo pertinente, para atender los daños producidos por catástrofe”. 

Los trabajadores en pleno de la Constructora se encuentran en labores de remoción de escombros y revisión de los diferentes sistemas, a fin de restablecer la normalidad en el lugar, esto, en una acción liderada por la administración y el consejo del Conjunto.

¿Cómo ayudar? 

A través del Banco de Alimentos de la Diócesis de Cúcuta, las personas que quieran entregar cualquier tipo de ayuda se pueden acercar a la calle 2AN # 1-26 del barrio Pescadero, o comunicarse a las líneas telefónicas 3132080580 o 5780627.

Allí, a través de los párrocos se hacen las entregas en las comunidades, ya que ellos junto a los agentes de pastoral tienen identificada a la población vulnerable. El Banco de Alimentos recepciona y ejecuta toda la logística para hacer las entregas.

Los servidores públicos y contratistas de la Alcaldía de Cúcuta también estarán recibiendo ayudas como alimentos no perecederos, colchonetas, frazadas, ropa en buen estado y artículos de aseo. Los interesados en donar se pueden acercar al primer piso de la administración municipal donde se estarán recolectando las ayudas. 

La Asociación De Ediles Cúcuta-Norte de Santander (Asoecunorts), estará recolectando ayudas para llevar a los sectores más afectados. Se pueden comunicar al 3114630172 o 3229639897 para coordinar la entrega de las ayudas y/o donaciones.

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Miércoles, 18 de Noviembre de 2020
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