Con pico y pala en mano, más de 50 personas entre miembros del Movimiento Ecologista Colombiano y voluntarios se dieron la tarea de contribuir a la lucha contra al abandono que presenta la Laguna de San Luis.
El motivo de la jornada de siembra se debió al papel que desempeñan los árboles en el proceso de captación del dióxido de carbono.
Para entender este proceso natural Daniela Rodríguez, coordinadora del Movimiento Ecologista Colombiano en Norte de Santander, explicó que los árboles son como una comunidad y sus raíces se unen para ampliar la zona de agua que hay en el ecosistema.
Ellos captan dióxido de carbono, gas que hace que haya una variabilidad climática”.
El Movimiento Ecologista Colombiano anunció que en adelante velarán por la conservación de la laguna de San Luis.
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Un árbol: un hijo
A la jornada de siembra algunos voluntarios vinieron en plan de amigos. Ellos sembraron más que un árbol, un hijo.
Un ejemplo de ello es el caso de Danna Méndez, quien junto a sus 2 amigos, sembró a ‘Azul’, ‘Abigail’ y ‘Guarapo’, tres árboles de cañaguate que ahora hacen parte de la laguna que es desconocida para muchos cucuteños.
Ellos son También Viviana Gómez, quien asistió junto a su familia a pasar una mañana de siembra.
“Yo asistí por invitación de una prima y aquí estamos animados y dispuestos a sembrar”.
Hacia el mediodía, justo al final de la jornada, la familia sembró 6 árboles que ahora contribuyen a la Laguna de San Luis.
Es de resaltar que para el cuidado de los árboles en su etapa de crecimiento, miembros del movimiento se encargarán de regar y cuidar los más de 50 nuevos “inquilinos” de la ladera de la Laguna de San Luis.
Muchos de los jóvenes acudieron con sus familias a la siembra de árboles en los alrededores del cuerpo de agua.
