Si de comparendos se trata, Cúcuta sería el paraíso para las autoridades, de no ser porque estas no advierten la presencia de ‘peces gordos’, sobrecargados y con mercancía ilegal andando por las vías del área metropolitana.

La foto 1, por ejemplo, muestra cómo se desplaza un motorizado con pimpinas de gasolina de contrabando, desde el barrio Santa Helena hasta El Salado, y pasa sin ningún reparo frente a la cárcel Modelo, pese a la presencia de policías.

Similar situación se ve en la segunda foto, rumbo a Puerto Santander, tierra provista de uniformados, pero cuya visión amerita un chequeo.

El hábito de convertir las motos en vehículos de carga (fotos 3 y 4), si bien no es nuevo y se forjó como costumbre es una norma violada, y el hábito debe ser corregido por las autoridades, a menos que prefieran el incremento de índices de accidentalidad  y perpetuar el hecho de que en las vías se hace lo que se quiere.