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Cúcuta
Los habitantes de calle se ‘tomaron’ Sevilla y Pescadero
Las autoridades corren a los habitantes de calle, pero a los pocos minutos regresan.
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Sábado, 11 de Junio de 2022

En una ‘selva de indi­gencia’ se convirtieron las avenidas 7A del ba­rrio Sevilla y 7 de Pescade­ro, por la presencia de habi­tantes de calle en el sector, generando pánico entre los vecinos, transeúntes y has­ta conductores.


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La tranquilidad que te­nían estos dos barrios de la Comuna 5 de Cúcuta, sepa­rados por una vía, rodeados de varios parques y de la Iglesia Nuestra Señora de la Candelaria quedó atrás desde hace unos tres años, cuando varios habitantes de calle comenzaron a arribar al sector para pedir mone­das, comida, dormir o hacer de las suyas.

Al principio en esa zona, donde hay talleres de me­cánica, panaderías y otros negocios, la gente no prestó atención a la llegada de es­tas personas, pues la cerca­nía con el Canal Bogotá y el centro de Cúcuta hacía nor­mal que buscaran refugio temporal en otras partes.

En otras palabras, los consumidores pasaron de deambular por el centro para tomarse los parques y alrededores de la iglesia para consumir drogas, dor­mir, hacer sus necesidades fisiológicas y algunos –de­nuncian- hasta atracar per­sonas.

Así fue como la gente le tuvo miedo a dejar salir a sus hijos a jugar en las can­chas o en los parques. Los escenarios deportivos deja­ron de ser templos del fút­bol o el baloncesto para con­vertirse en el refugio de los consumidores y, al parecer, hasta se prestan para el ex­pendio de estupefacientes.

“No hay que decir que son colombianos o vene­zolanos, porque son igua­les. Muchos son ladrones y vienen a vender elementos de hierro como las tapas de los contadores del agua y la luz, entre otras cosas. Los jí­baros del barrio (Sevilla) los ponen a vender por acá”, dijo un vecino.

Un equipo periodístico de La Opinión evidenció el robo y la venta de elementos, la ciudadanía mostró varios contadores que esconden entre madera y piedras. Prueba de ello, un habitante de calle arribó a ofrecer una herramienta de carpintería a cambio de un pastel.

Acá toca estar pendien­tes las 24 horas del día y los 7 días de la semana, en cual­quier momento se acercan, sobretodo en la noche, y se roban las cosas de valor que puedan vender en varias chatarrerías que hay cerca del Canal Bogotá a cambio de dinero para drogas. En Sevilla estamos ‘mama­dos’”, sostuvo un vecino.


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Los corren y vuelven

Los habitantes de calle demuestran su viveza al esconderse de las autorida­des, cuando cumplen con la vigilancia del sector. Se esconden en un canal o hu­yen rápidamente hacía los alrededores de la Terminal de Transportes de Cúcuta.

Las autoridades vigilan constantemente esa zona, pues ya han recibido quejas de la ciudadanía por los ro­bos. Cuando una motocicle­ta de la Policía Metropolita­na de Cúcuta (Mecuc) llega la tranquilidad de los veci­nos retorna, pero por pocos minutos. Los consumidores saben que los uniformados no van a estar siempre en ese punto, por lo que solo parecen seguirles el juego de correr cuando los ven y a los pocos minutos vuelven.

Carlos Arturo Cornejo Blanco, presidente comunal de Pescadero, indicó que la situación ha traspasado a su barrio, afectando a varios vecinos, que están preocu­pados por los robos.


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Cornejo indicó que hubo un tiempo en el que, al pa­recer, consumidores les co­braban $2.000 a los padres de familia por pasar a sus hijos por un puente que conecta Pescadero con una institución educativa. “Es complicado que dos uni­formados en moto cuiden tantos barrios. Al lado de la iglesia Nuestra Señora de la Candelaria hubo un CAI, lo cerraron”, añadió el líder barrial.

Alejandro Martínez, se­cretario de Seguridad de Cúcuta, indicó que desde su dependencia se ha tra­bajado junto con el Depar­tamento Administrativo de Bienestar Social con el tras­lado voluntario de habitan­tes de calle hacía un centro de paso para que ingresen a un proceso de resocializa­ción, además del aumento de uniformados a la zona.

“A un habitante de calle no se le puede capturar por ser de esa población, por lo que se trabaja con diferen­tes entidades para prevenir que las personas caigan en ese flagelo”, añadió Martí­nez.

Juan Raúl Santaella, coordinador del programa Habitante de Calle del De­partamento Administra­tivo de Bienestar Social, indicó que en las 10 comu­nas de la ciudad, en espa­cial en las 1, 2 y la 6, se han ejecutado acciones para caracterizar a los habitan­tes de calle, con el fin de invitarlos a resocializarse.

“Se han atendido a cer­ca 186 personas en condi­ción de calle en el tema de autocuidado, luego los servicios que el munici­pio tiene para ellos. En el sector de Sevilla se han trasladado a 36 personas, que son casos exitosos. Seguimos con la tarea”, añadió Santaella.

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