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Marchas colapsaron principales arterias viales de Cúcuta

El tono tranquilo y sereno de la manifestación contrastó con el caos de movilidad.

Las escenas de traumatismo vehicular se repitieron en las vías del barrio Colsag y en el centro de Cúcuta, durante la tercera jornada del paro nacional.

Sobre las 8 de la mañana, cerca de 800 manifestantes, entre estudiantes, sindicalistas, maestros y activistas de derechos humanos, se aglomeraron ayer el parque Simón Bolívar para acatar la convocatoria del Comité Nacional del Paro de protesta contra el gobierno de Iván Duque.

Aunque se tenía previsto un recorrido por la Gran Colombia en dirección al Ventura Plaza, los organizadores de esta movilización decidieron tomar otra ruta, debido a las obras de pavimentación, que se adelantan sobre esta calzada.

La marcha se extendió sobre la avenida Guaimaral, cruzó por la calle 7 y llegó hasta la avenida 9E, donde se desvió para regresar a la Gran Colombia y salir a la calle 10. 

El punto de llegada era el parque Santander, donde aguardaban los estudiantes del Sena, quienes marcharon desde las instalaciones de la entidad, situadas en el barrio Pescadero.

El tono tranquilo y sereno de la manifestación contrastó con el caos de movilidad, que fue sembrando a su paso.

La Opinión se comunicó con el secretario de Tránsito de Cúcuta, Rodolfo Torres, quien aseguró que el control vial durante la marcha era responsabilidad de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc).

De acuerdo con la Mecuc, los tramos viales con mayores problemas para el tránsito fueron la avenida Gran Colombia, la Diagonal Santander y la calle 10.

“Lo que se hizo fue instalar unos desvíos a la altura de la fuente luminosa y el sector de la avenida 0 con calle 9. Mantuvimos una distancia prudente entre los vehículos y los manifestantes”, indicó el capitán Jorge Luis Ramos, comandante de la Policía de Tránsito de Cúcuta.

El eco de la desaparición

Además de los reclamos que se vienen haciendo desde hace 14 días en el marco del paro nacional, la voz de las víctimas de la desaparición forzada, que se han presentado en la frontera con Venezuela, tuvo su propio eco.

La última vez que Carmen Cecilia Maldonado supo de su hijo, fue a principios de 2010. Ese año, Sergio Omar Abril fue visto por última vez en El Escobal mientras trabajaba como mototaxista.

Ella salió desde el parque Simón Bolívar, con megáfono en mano y una pañoleta tricolor en el rostro, que la protegía del sol inclemente.

Sus consignas se mezclaban con las arengas de los docentes y los estudiantes, quienes exigían la implementación del Acuerdo de Paz, firmado con las desmovilizadas guerrillas de las Farc.

“Estoy marchando por mi único hijo desaparecido forzadamente y también por todos los familiares, que llevan hasta 35 años esperando a que el Estado entregue a sus seres queridos”, señaló Maldonado.

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Miércoles, 4 de Diciembre de 2019
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