Con su trabajo, esfuerzo y dedicación, ellas demuestran a diario que el día de la mujer no es solo el 8 marzo. Durante años han luchado y se han sacrificado por lo que hoy es su sustento y el de sus familias.
La vida las hizo así, luchadoras y trabajadoras, por eso les ha ido tan bien.
La Opinión destaca a esas mujeres nortesantandereanas empoderadas y guerreras, que desde niñas han trabajado en sus empresas o labores informales, de los cuales hoy se sienten muy orgullosas y honradas.
Carmen Esthela Villamizar Caicedo
“Le agradezco a la vida por haber sido maestra”.
Esta pamplonesa, de 64 años de edad, se ha dedicado durante más de 40 años a ejercer lo que siempre le ha apasionado: la educación. Villamizar es profesora de educación física en uno de los colegios más representativos de la ciudad. Sus clases van dirigidas a los jóvenes de los grados sextos, séptimos y octavos, pero también ha tenido el privilegio de enseñarle a nadar a muchos niños. Es casada, y su mayor adoración es su hija, de 27 años, que ya le dio su primer nieto.
“La educación me ha enseñado mucho en estos años. Mis alumnos y los que son egresados, me ven como una madre por todo lo que vivimos en las aulas. Estoy agradecida de ser maestra”.
Martha Cecilia Contreras
“Me siento orgullosa de mi trabajo”.
Son 20 años los que esta mujer le ha dedicado al trabajo informal. En sus inicios, se rebuscaba recorriendo las calles, pero desde 2017 decidió ubicarse en uno de los parques más importantes de Villa del Rosario. Allí vende dulces, minutos, cigarrillos, tintos, entre otros, que le ayudan a sostener a sus cuatro hijos, lo que más adora y por los que lucha en su hogar.
“Hay mucha gente que menosprecia estas labores, pero son las más gratificantes de la vida. Compartir con los hijos y la familia, es lo mejor que Dios nos pudo dar”.
María Auxiliadora Carrascal Mora
“De la necesidad, nace la creatividad”.
De 29 años de edad, Mauxi, como le dicen de cariño, es dueña, junto a su hermana, María Fernanda Carrascal Mora, de 25, y su madre, Nancy Cecilia Mora Sayago, de 55, de un negocio de tostadas. Estas tres mujeres iniciaron con su empresa en la esquina de un parque hace 16 años, cuando eran muy jóvenes y apenas tenían idea de cómo hacer arepas.
Todo inició de una crisis económica que vivía la familia en ese entonces. Hoy estas mujeres, a punta de constancia y sacrificio, son catalogadas como las creadoras de las mejores tostadas de Cúcuta. Mauxi es comunicadora social y madre de dos hijos; María Fernanda, profesional en comercio exterior.
Ambas, con mucho orgullo, se pusieron el delantal y hoy le entregan la vida a su empresa por la que tanto han trabajado. “Muchas veces tuvimos que dejar a un lado tantas cosas de jóvenes, pero hoy se ve reflejado en la abundancia de nuestro negocio. Soñamos con seguir creciendo y cada día ser mejores”.
Angélica Liliana Sagra Álvarez
“Es gratificante trabajar en lo que a uno le gusta”.
De tan solo 17 años, esta joven ya se veía en un futuro iniciando un legado y haciendo historia en el mundo de los regalos. Y así fue. A Sagra, desde muy niña, le gustaba la expresión social. Era de aquellas que hacía las cartas, envolvía los regalos y marcaba los cuadernos en el colegio.
Siempre fue muy creativa y soñaba con ser una gran empresaria en el mundo de las manualidades. Con la ayuda de su madre y muy poco material, inició una tienda de regalos. Hoy, ya con 25 años, Angélica Liliana cuenta con dos locales en la ciudad y ha recibido pedidos de países como Australia, España, Argentina, Estados Unidos, Ecuador e Italia. “Es un éxito que no me esperaba, pero sé que he hecho de todo para que pase. Al principio fueron días muy difíciles, donde casi no dormíamos por trabajar, pero que hoy tienen su recompensa gracias a Dios”.
Emmy Nathali Mora Leal
“El secreto está en la constancia”.
Su nombre traduce moda. Esta soñadora siempre anheló ser lo que hoy es, una diseñadora, y con todas las de la ley. Se graduó de administración y diseño de modas en 2010. Al año siguiente inició con su primer proyecto, una tienda de ropa con apenas algunas prendas con las que esperaba irse dando a conocer en este ámbito.
Fue tanto el éxito, que amplió la producción a tres almacenes, toda una hazaña para una joven que apenas tenía los 20 años de edad. Hoy, ya con 28, decidió quedarse a cargo de una sola tienda y dedicarle todo su tiempo a ella. Una verdadera emprendedora y ejemplo a seguir. “Yo creo que mi éxito es gracias a que siempre hago las cosas bien. Es algo increíble que aún me cuesta asimilar, pero que sé que me lo he ganado”.
Fany Cecilia García Rodríguez
“Leer da sueños”.
Si de sudarla se trata, esta guerrera sí que sabe. Su vida nunca fue fácil, pues desde que era una adolescente ya se dedicada al trabajo informal, ubicándose en la calle 9. Allí vendía lápices labiales, adornos, fantasía, entre otros productos, pero no se sentía tan bien.
A ella siempre le fascinó la lectura, aunque no tuvo muchas posibilidades para estudiar, por eso, con el fin de no dejar de cumplir ese sueño, cambió estos artículos por una venta de libros. Desde 1997 hasta hoy, esta mujer se ha leído infinidad de obras, no recuerda muy bien la cuenta, cree que entre 100 y 150. “Hay gente que cree que porque uno está aquí todo el día es fácil. No, aquí vivimos expuestos a muchos peligros de los que solo Dios nos cuida, y leyendo libros que es lo que nos abre la mente”.
