El día de la mujer tuvo un tinte distinto, con la integración de mujeres diversas: transgénero, de Asotransnor y lesbianas del Colectivo Libélula, que tuvieron con la ONU un encuentro para reconocer sus derechos.
Bailes, reflexiones, y diversión, marcaron la reunión, pero también un diálogo en torno al sistema de justicia, la reparación y no repetición, en especial porque muchas siguen siendo víctimas.
Adriana Montes, asesora técnica de la Asociación de Mujeres Trans de Norte de Santander (Asotransnor), resaltó la lucha que se ha dado solas y en conjunto con la comunidad Lgbti, y señaló que ya se han logrado acercamientos con el gobierno regional y local, aunque en ocasiones estos generan apoyo “porque les toca, pero aún así, es un paso ganado”.
Aunque hay avances en la inclusión, enfrentarse a la cultura patriarcal regional no es fácil.
“Si entre hombres y mujeres cisgénero hay brechas, siendo transgénero, más, por la expulsión del grupo familiar, falta de una red de apoyo, la imposibilidad de ir a la escuela y, si se logra un cupo no se garantiza que no haya matoneo”.
Montes valoró el apoyo de la ONU en el seguimiento a las denuncias por violencia y abuso, y recordó que las más vulnerables son las trabajadoras sexuales trans porque no tienen establecimientos dónde laborar.
“Están sometidas a vender estupefacientes, las extorsionan, las violan, las agreden de todas las maneras posibles y son las que terminan en la cárcel, mas no los delincuentes”, relató.
Pese a las dificultades, el trabajo continuará para seguir ganando espacio, sobre todo porque “la gente quiere aprender, pero tiene miedo de cambiar”.