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Nace bachillerato emprendedor

Cucuteños optan por nueva modalidad nocturna.

Luz Archila, 41, luego de más de 25 años volvió a sentarse en un pupitre. “Todo cambió, ya no es como cuando yo iba al colegio”, afirma. Retoma sus apuntes, su bolígrafo, y su ánimo de aprender todo aquello que dejó en sus tiempos de adolescente, época en la que los libros fueron echados a un lado para dedicarse a trabajar.

Ahora, junto a 783 alumnos más, vuelve a sentir en sus manos las hojas de los cuadernos, donde escribe cada apunte con más dedicación, asegura. “Ahora soy más consciente de cada apunte, y de lo que estoy aprendiendo, siento que lo aprehendo, lo tomo para mí”, dijo.

En el colegio Pablo Correa León, ubicado en La Libertad, durante las tres horas y media de clases (6:30 p.m. a 10 p.m.) le imparten no solo los contenidos básicos, sino que le enseñan a emprender, a crear, a formar su propia empresa.

Sus dos hijos, mayores de edad, están en la universidad. Fueron la motivación de Archila. Ellos ahora le ayudan a ella con sus compromisos de clase, luego de ser ella la que apoyó por varios años sus tareas diarias escolares.

Viviana Noriega, 28, retomó en enero sus estudios, ¿su intención? terminar al igual que Archila décimo y undécimo grados. 

Ambas forman parte del ciclo nocturno extraedad en el Pérez Correa, donde el objetivo es otorgarles el título de bachiller, pero sobre todo enseñarles un oficio que les permita comenzar sus negocios. Sus emprendimientos ertán dirigidos a fortalecer sus economías, signadas por la responsabilidad de ser cabezas de hogar.

Noriega debe mantener tres niños y se ha dedicado a fabricar bisutería. ¿Qué la llevó a volver a estudiar? “No quiero depender de nadie”, sostuvo. 

Tener que depender económicamente de alguien le quita la calma. Ahora es una emprendedora con deseos de especializarse en cosmetología.

El cambio de mentalidad dentro del aula es básico. Se trata de llegar estudiar matemática, español, geometría, y las demás materias, pero además se le suma aprender habilidades con competencias laborales. 

A Carlos Valencia, de 18, solamente se le pasaron un par de años para darse cuenta que no podía ser el único en su casa que no terminaría el bachillerato. Sus dos hermanos ya graduados le incentivaron.

Crea manillas artesanales multicolores. Hace un año aprendió la técnica de manos de su padre, César Valencia, y ahora en su ciclo nocturno está perfeccionándola, así como aprendiendo estrategias para montar su negocio familiar.

“Aquí uno aprende cómo avanzar y a esforzarse más, porque puedes ver gente que a pesar de pasar todo el día trabajando viene con el mayor de los ánimos a superarse. ¿Cómo puede uno ponerse de flojo?, jamás. Eso es un incentivo también”, dijo Valencia. 

El rector, Julio César Delgado, explicó que a la atención nocturna o extraedad acuden estudiantes mayores de los 17 años no solo de La Libertad, sino de toda Cúcuta e incluso de zonas rurales, que ven la oportunidad de aprender un arte u oficio y convertirlo en familia un negocio.

En la escuela nocturna ofrecen multimedia, diseño gráfico, artesanía, trabajo en madera, recreación, turismo, animación y agroindustria.

Así, en Cúcuta, además del clásico, del comercial y de otras modalidades de bachillerato, nace el emprendedor.

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Miércoles, 20 de Junio de 2018
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