Para los vecinos de la manzana F6 del barrio Atalaya Primera Etapa no se borrará nunca de sus mentes el violento episodio que vivieron la mañana del miércoles cuando desconocidos activaron una carga explosiva al paso de un convoy de la Policía antidisturbios.

Aturdidos aún por el sobresalto que los sacudió, ayer se confesaron afortunados de estar con vida, pero lamentaron que las ayudas de las autoridades para recuperar lo que perdieron aún no hubieran llegado.

Ayer, cuando La Opinión los visitó en sus viviendas, muchos en esa manzana F6 todavía lloraban sobre los escombros.

Las lágrimas son de pesar, de angustia y de miedo por el futuro que nos espera, dijo Leidy Paola Ramírez Contreras, una afectada. 

Dos de las casas donde ocurrió la tragedia, quedaron prácticamente destruidas. 

Los marcos de las ventanas quedaron sin vidrios, las puertas desajustadas y los techos tuvieron que ser retirados para evitar otra tragedia, pues amenazaban con  desplomarse.

Ayer, algunos se dedicaron a descansar, dado que seguían aturdidos por la explosión.

Otros seguían barriendo los cristales rotos y tratando de acomodar sus pertenencias.

“Los cuerpos de socorro vinieron, al igual que la Alcaldía, miraron y se fueron, pero no nos dieron garantías de quién va a responder por los daños que sufrimos”, dijo Ramírez.

Tras el hecho terrorista, las familias afectadas crearon un comité que las represente ante el Alcalde, con el fin de conseguir ayudas.

Al menos ocho casas resultaron con daños serios tras el atentado.

La Policía anunció ayer que hoy llevará puertas y techos para las viviendas más afectadas. Al tiempo, la comunidad organizó una colecta para ayudar a los damnificados. Será de 6 a 9 de la mañana, en la casa cural de la iglesia católica San Pío.

El alcalde, César Rojas, dijo que se están evaluando los daños, al tiempo que se comprometió con la reconstrucción de las viviendas que sufrieron daños.