Luna Valentina Angarita llegó a la Asociación Niños de Papel, donde volvió a nacer. Estaba atrapada por el consumo de sustancias alucinógenas y luego de estar perdida por casi 20 días lejos de su casa, terminó en una crisis de salud donde fue remitida de urgencias a un centro médico de Bucaramanga, de donde salió rumbo a buscar una nueva vida.
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En el camino de la desintoxicación y controlar la ansiedad encontró a los profesionales de Niños de Papel, quienes la orientaron en el autocontrol y a salir de la oscuridad.
“Esta es la asociación que está salvando a mi familia y salvándome a mí. He llegado a hacer mucho de lo que no creí que llegaría a lograr”, dijo Luna Valentina.
Pronto ella cumplirá sus 18 años y quiere estudiar, aún está indecisa si se inclina por la medicina o administrar empresas, pero tiene claro que nunca volverá a caer en esa adicción a las drogas.
“Tantos errores que he cometido no me han servido de nada. Me han llevado a terminar mal. Pero ahora soy una persona diferente”, añadió.
Niños de Papel
La Asociación Niños de Papel ha sido el inicio de una nueva vida para niños y adolescentes con problemas de salud mental. Nació en Bucaramanga con el propósito de apoyar a los más desfavorecidos y necesitados en temas de rehabilitación y restablecimiento de sus derechos.
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Niños de Papel se ha extendido a Cartagena, Montería y en febrero llegará a Cúcuta. Esta asociación ha atendido a la niñez desde 1990 y desde entonces, ha sacado de las calles a menores que se han convertido en hombres y mujeres proyectados a nivel profesional como abogados, terapeutas, comunicadores, panaderos, empresarios, entre otros.
El líder
Con el sueño de cruzar fronteras, el padre español Manuel Jiménez Tejerizo o más conocido como padre Manolo, llegó a Bogotá en 1969 y estudió teología, al graduarse la vida se encargó de traerlo a Cúcuta y por 13 años se quedó en esta tierra en donde fue director de primaria del colegio Calazans.
Luego se fue a Bucaramanga donde se radicó y fue justo en esa tierra donde este madrileño se nacionalizó como colombiano y, en 1990 fundó Niños de Papel.
Sin perder las ansias de aprender, en el 2001 se especializó en farmacodependencia para capacitarse y poder ser de ayuda a los más necesitados.
Para el 2012 la asociación Niños de Papel pasó a ser una Institución Prestadora de Servicio de Salud (IPS) y desde entonces se ha expandido atendiendo a niños y adolescentes de diferentes poblaciones de Colombia.
Metodología de trabajo
Orientados en la prevención, tratamiento y rehabilitación, la fundación entrega atención exclusiva para niños y adolescentes con diagnósticos en salud mental, asociados a problemas de conducta y comportamiento.
La IPS cuenta con un equipo especializado en reconstruir el tejido social de los menores en riesgo sicosocial y con derechos vulnerados, por eso ofrecen servicios extramurales, hospitalarios y ambulatorios, estos tres son los grandes pilares en los que se basan.
Conecta2: es el nombre que lleva el programa de atención en servicios extramurales que enmarcan los proyectos de promoción y prevención.
Uni2: lleva el nombre de los servicios hospitalarios que comprenden la estabilización mental, desintoxicación clínica, proceso terapéutico para la deshabituación y adecuación de la conducta.
Acompaña2: es el servicio ambulatorio en donde los pacientes reciben atención en consulta externa, hospitalización parcial en salud mental y conductas adictivas.
Llegan a Cúcuta
Aunque en Bucaramanga Niños de Papel ha atendido a menores de edad procedentes de Norte de Santander, ahora se espera que desde febrero, en la calle 14 con avenida primera del barrio La Playa empiece a funcionar la nueva sede para el beneficio de los cucuteños y esta zona de frontera.
Las características que definen los tratamientos que ofrecen son intervención personalizada, terapia individual y grupal y atención para los familiares y para ellos cuentan con profesionales en medicina general, siquiatría, sicología, enfermería, terapia ocupacional, entre otros.
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