Papá Noel dejó a un lado su trineo y sus renos y llegó hasta el tercero y cuarto piso del Hospital Universitario Erasmo Meoz, montado en el carro escalera de los Bomberos Voluntarios de Cúcuta.

Desde allí saludó por la ventana a los niños de pediatría y urgencias pediátricas del centro hospitalario, para llevarles unos minutos de alegría y diversión en forma de regalos.

Johan Stiven Rodríguez Urbina, de cuatro años, fue uno de los pacientes que recibió la inesperada visita.

Con alegría, pese a estar aún en convalecencia por una afección pulmonar que lo hizo desplazarse desde Arboledas hasta el hospital universitario, recibió una pelota de colores  de las manos del  primer Papá Noel bomberil de la ciudad, quién cambió su gorro y traje navideño por un casco y vestimenta de bombero.

El Papá Noel apagafuegos no estuvo solo en su misión navideña. Los estudiantes de medicina que hacen parte del grupo Acome Clown le dieron una mano en esta loable y desinteresada labor.

En medio de canciones y rondas infantiles, los estudiantes de nariz de payaso y batas de colores reemplazaron a los duendes del taller de Papá Noel y se unieron a la mágica celebración.

El capitán Carlos Monsalve, comandante del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Cúcuta, dijo que esta iniciativa busca mostrarle a la comunidad que los bomberos no solo sirven para apagar incendios y atender emergencias,  sino que también están comprometidos con la labor social.

“Durante un mes estuvimos tocando las puertas de la empresa privada y de particulares para que nos ayudaran con regalos para alegrarles la Navidad a los niños que están internados”, explicó el comandante.

Los bomberos lograron recaudar 200 regalos que fueron repartidos en el Hospital Universitario Erasmo Meoz.

Este viernes, los bomberos también estuvieron en el Asilo Andressen entregando juguetes a los niños que viven en este hogar.