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Partieron por un sueño y ahora no tienen cómo volver

Practicantes de universidades quedaron atrapados por el coronavirus, lejos de casa.

Desde que inició el año, muchos estudiantes a punto de finalizar su carrera profesional se encontraban en busca de un escenario para realizar sus prácticas académicas.

La mayoría de estos anhelaban salir de la ciudad y explorar en otras partes del país lo aprendido en su más de 4 años de estudio.

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Algunos fueron aceptados en empresas a nivel nacional y sus sueños empezaban a verse realizados. Sin embargo, como si se tratara de una pesadilla, una pandemia los obligó no solo a dejar sus puestos de trabajo, sino que además los dejó sin la posibilidad de volver a sus hogares por un tiempo indefinido

Jhonathan Serrano, estudiante de Comunicación Social de la Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS), quien decidió probar suerte en el departamento de Santander, fue aceptado en la Alcaldía del municipio San Miguel, y desde enero se encuentra allí. 

“Uno viaja con la ilusión de probar suerte en otros lugares, además de que quería salir del ambiente de la ciudad, porque para nadie es un secreto lo que se vive en Cúcuta. Aquí me aceptaron y todo iba bien, hasta el día que la universidad nos suspendió las prácticas por el COVID-19 y quedé atrapado en el pueblo sin poder salir”. 

Además de esto, la situación de Jhonathan se hace un poco más difícil, ya que el lugar donde vive se encuentra a una hora de distancia del pueblo, pues está alojado donde unos familiares en una pequeña finca de la zona rural.

“He luchado con la señal de internet, porque llega y se va a cada rato. Todos los días hay que caminar más o menos una hora para llegar al pueblo. Quería irme en cuanto empezaron a anunciar los toques de queda, pero no estaban saliendo buses del pueblo”. 

Aclara que decidió realizar sus prácticas allí porque el área en la que más se ha destacado ha sido la comunicación para el cambio social, que tiene como objetivo empoderar a los ciudadanos y trabajar en pro de toda la comunidad y de los más desfavorecidos. Por ahora le ayuda a su tío en las labores del campo. Espera que el coronavirus no llegue a esa zona, y que las personas acaten las medidas con responsabilidad. 

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Al igual que Jhonathan, Dayana Hernández, otra de las practicantes, decidió probar suerte en Acacías, Meta. “Trabajo en una empresa agroindustrial que no puede detener su trabajo en estos momentos porque estamos en pleno pico de cosecha; estamos cumpliendo con todas las normas de seguridad y prevención contra la enfermedad”. 

Dayana es una joven madre que en busca de cumplir sus sueños tuvo que viajar con su hija y por ahora vive con su mamá y hermanos en el municipio llanero.

“Estos momentos son muy difíciles, especialmente para los niños, porque uno tiene que ser muy precavido con lo que dice para no asustarlos. Mi esposo está en Cúcuta, nos comunicamos por videollamadas y textos, pero es muy difícil. Aquí todavía no se han detectado casos, y me preocupa la salud de él porque es vigilante y está expuesto a todo”.   

(Andrea Moreno, cucuteña, practicante de Comunicación Social en el Acuario Mundo Marino - Fundación Museo del Mar, en Santa Marta, sigue ejerciendo sus labores por teletrabajo.)

Teletrabajo

Por otra parte, algunos han tenido que implementar el teletrabajo con el fin de cumplir con sus labores. Tal es el caso de Andrea Moreno, practicante de Comunicación Social en el Acuario Mundo Marino - Fundación Museo del Mar, en Santa Marta. “Desde que se supo del primer caso de coronavirus en el país, el museo tomó la decisión de cerrar. Hemos estado trabajando desde la casa para mantener a todos los ciudadanos informados sobre las formas de prevención y demás, pero nos preocupan las especies”, dijo Moreno. 

El museo cuenta con más de 200 especies, entre las que se encuentran tiburones, estrellas de mar, tortugas, pulpos, caballitos de mar, entre otros. En estos momentos, una bióloga se encuentra en el lugar cuidando de los animales acuáticos, pero la preocupación crece porque al ser una fundación sin ánimo de lucro, que se sostiene de las visitas que realizan las personas al lugar, especialmente extranjeros, los recursos para alimentarlos empezarán a escasear. 

Tuvieron que suspender practicas

Alejandra Acevedo, practicante de Trabajo Social, tuvo que suspender sus prácticas profesionales que venía realizando en la Cárcel Modelo de la ciudad de Cúcuta, debido a la pandemia del coronavirus.

“El Inpec empezó a adoptar todas las medidas preventivas, al igual que en la universidad, por lo que las prácticas quedaron suspendidas hasta nuevo aviso”. 

Aunque por el momento ningún preso ha dado positivo para el COVID-19, las autoridades penitenciarias siguen aplicando todos los protocolos y esperan que la enfermedad no los toque, pues no habría capacidad para manejar la situación.

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Lunes, 23 de Marzo de 2020
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