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Piden el retiro de cuartel de policía junto a la escuela Camilo Torres

El llamado lo hicieron los padres de familia del corregimiento de Buena Esperanza.

Solo hoy la Alcaldía entrará a definir si retira la estación de policía que colinda con la escuela Camilo Torres (sede La Floresta), en el corregimiento de Buena Esperanza, o construye nuevas aulas para llevar a los 109 estudiantes a otro plantel donde no corran peligro.

La Secretaría de Educación informó que el asunto será tratado en conjunto con la Policía y la Secretaría de Seguridad y Convivencia.

“Lo importante, ante todo, es que los niños no pierdan clases y que estén seguros”, dijo el alcalde, Donamaris Ramírez Lobo.

El rector del plantel, Álvaro Rozo, confirmó que los 109 niños fueron reubicados en escuelas cercanas a la sede de La Floresta, de común acuerdo con los papás.

No obstante, el directivo docente dijo que entre la comunidad aún persiste el temor por la militarización del corregimiento, “lo que nos conlleva a solicitarle al alcalde su intervención inmediata para despejar esta sensación de zozobra”.

Una propuesta que el rector le presentó ayer a la Alcaldía se debate en la construcción de cuatro o cinco aulas en otra sede de la institución lejos de La Floresta, para trasladar allí a los niños, o en su defecto, que sea retirado el cuartel de policía que está ubicado a un costado de la escuela.

Los papás insisten por esta última propuesta, “dado que primero fue la escuela que el cuartel”, dijo Rosa María Mora, madre de dos hijos en el corregimiento de Buena Esperanza.

En el corregimiento hay serios temores de un ataque a este cuartel, como quiera que ya se produjo con una estación de policía en El Zulia, “máxime cuando esta es una ruta de paso para la salida de contrabando que procede de Venezuela”, dijo Olegario Mejía, un campesino del sector.

Ana Tamayo, coordinadora de La Floresta, lamentó que los niños deban ir a otras escuelas, debido a que esto influye de  manera negativa en su rendimiento académico.

“Es triste ver que después de que se le ha invertido a la escuela, tengamos de la noche a la mañana que irnos de nuestra propia casa, es muy triste”, insistió la educadora.

La profesora Claudia Mantilla dijo sentirse una damnificada más. “No pensé que iba a estar en estos zapatos (del desplazado).Yo vivo muy agradecida con el sector educativo,  pero me siento muy triste por esta situación”, dijo.

Ramírez dijo que esta misma semana se adoptará una solución definitiva para los niños de Buena Esperanza.

Lunes, 13 de Julio de 2015
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