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Prostitución y abusos sexuales entre las aulas de clase

Las autoridades le siguen el rastro en los colegios de Cúcuta y el área metropolitana. 

Camila*, una niña de 14 años, sale de su casa en las mañanas, se trepa el bolso con un par de cuadernos y toma el rumbo a un colegio del centro de Cúcuta. Su objetivo no se concentra en estudiar, como lo hace cualquier alumno, sino en identificar a sus potenciales víctimas de una red de prostitución.

Su principal arma para dominar a las niñas más bonitas del salón de clase son las drogas. Una vez logra inducir al consumo de marihuana a las probables nuevas integrantes de esta red, les ofrece dinero para que las niñas salgan con hombres adultos y complazcan sus aberraciones sexuales.

“Les ofrecen $200.000 para que salgan con los hombres y les dicen que si tienen relaciones sexuales les dan mucho más dinero”, explicó un investigador judicial.

De esta manera, Camila empieza a crecer su organización dedicada a la prostitución de niñas en Cúcuta y el área metropolitana, al servicio de proxenetas.

Las autoridades conocieron esta modalidad, en la que se evidenció que algunas niñas que ya se dedican a la prostitución, están llegando a los colegios y permanecen por un tiempo de tres meses, mientras logran convencer a otras menores de edad.

Los uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta, además, adelantan investigaciones contra propietarios y administradores de algunos hoteles de la ciudad, en los que se permite el ingreso de niñas que son contratadas para ofrecer servicios sexuales. 

Los abusos sexuales

Los investigadores también han conocido diferentes casos en los que niñas y jóvenes son víctimas de abusos sexuales inducidos por drogas.

“Los llevan a fiestas y les dan marihuana camuflada en postres de chocolate para accederlas sexualmente. Luego, graban a las niñas teniendo relaciones sexuales y de esta manera las obligan a continuar siendo víctimas de este delito”, dijo uno de los investigadores que le sigue el rastro a estos hechos.

En la mayoría de estos casos, las víctimas de abusos sexuales son niños que viven en familias disfuncionales y pobres.

El 80 por ciento de los delitos sexuales contra niños se cometen en los barrios de estratos bajos, especialmente, en invasiones.

¿Cómo detectarlo?

La psicóloga Milena Ramírez explicó que entre las características que adoptan las víctimas de estos abusos sexuales están manifestaciones violentas, depresión, encerramiento y negación a asistir al colegio.

“Los papás deben demostrar confianza con los niños, entablar conversaciones abiertas, donde ellos se puedan expresar sin temor a ser castigados”, aseguró Ramírez.

Asimismo, dijo que es importante que los padres tengan contacto constantemente con los profesores y con compañeros de estudio, debido a que en muchas ocasiones, los niños tienen más confianza de contarles las situaciones que atraviesan y de esta manera se puede detectar un posible abuso sexual.

Docentes abusadores

Entre los agresores sexuales de menores de edad no se salvan docentes y coordinadores de colegios, lo que deja entrever la gravedad de las aberraciones sexuales a los que son sometidas las víctimas.

A mediados de mayo, el docente Óscar Yesid Ramírez Espinel, coordinador de la sede Liceo Juan Bautista Escalabrini del colegio Camilo Daza, en la calle 28 con avenida 5 del barrio Buenos Aires, de la ciudadela Juan Atalaya, fue capturado por la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), señalado de abusar de un estudiante de 12 años.

Según se conoció, presuntamente el docente obligó al estudiante a entrar a su oficina, se bajó el pantalón y le pidió que lo masturbara.

Una profesora se percató del hecho, al parecer, luego de que el niño le confesara lo que Ramírez lo había obligado a hacer, por lo que de inmediato, la docente alertó a la Policía sobre lo que acababa de ocurrir.

Ramírez Espinel fue capturado y posteriormente enviado a la cárcel por el delito de actos sexuales abusivos con menor de 14 años.

Sin embargo, cuando el coordinador fue presentado detenido ante los medios de comunicación, con gestos de tristeza, dijo que no agacharía su cabeza y que él no había cometido ningún delito.

A finales de 2017, la Mecuc también capturó a un docente de 51 años, que trabajaba en un colegio del barrio La Libertad, quien abusaba presuntamente de los alumnos y les daba dinero para que no lo denunciaran.

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Andrés Julián González
Andrés Julián González Pardo
Sábado, 9 de Junio de 2018
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