Los más de 40 mil abuelos que se beneficiarían con la construcción del Club del Adulto Mayor, aún lo esperan para sacarle provecho. Ya han pasado cinco años y en vez de mejorar, las instalaciones construidas empeoran.
La administración municipal aún no ha definido qué hacer con este centro se comenzó a construir en 2011.
Actualmente corre una investigación en la Contraloría municipal, pero aún no han dado a conocer la decisión final. Solo hasta mediados de julio se tendría una noticia definitiva. Este ente dijo en su momento que había encontrado deficiencias en la etapa de planeación y ejecución del proyecto, inestabilidad del terreno, y detrimento de patrimonio puesto. Las fallas del club hoy no permiten que sea utilizado para el fin que fue construido.
José Antonio Sierra, tiene 67 años y pertenece a unas de las 300 asociaciones que se hubieran beneficiado de este escenario. Con impotencia, más que tristeza dice que lo que ha faltado para que funcione lo de este club es “autoridad”.
“No es posible que hayan pasado cinco años y aún no tengamos una solución. Dicen que somos personas que tenemos prioridad, pero para en esto es evidente que no”, sostiene mientras camina a las afueras de la deteriora estructura.
Mientras hace su rutina de ejercicio diaria no deja de fantasear en cómo serían las cosas si este club, tan bonito, recalca por lo que ve, estuviera funcionado.
Telesfro Blanco, secretario de Bienestar Social, contó en el reciente en control político, que “las instalaciones están en total deterioro” y pidió “a la oficina de Planeación, Infraestructura y Jurídica que emita un concepto técnico y jurídico que permita invertir y garantizarle esta población un trato digno”. Están a la espera de ese concepto.
La construcción del club obedecía a una causa social importante para los abuelos, por lo que la administración municipal actual deberá revisar que viabilidad financiera y física hay por el problema de suelos, para tomar las medidas pertinentes, ha manifestado en reiteradas ocasiones el concejal Bachir Mirep.
Mientras deciden qué pasará, la maleza sigue haciendo de las suyas y los abuelos siguen sin tener un espacio apropiado para ellos.
“No perdemos la esperanza de alcanzar a ver esto funcionando. Ojalá se nos haga el milagrito”, afirma con picardía José.
Agregó: “esperemos que durante esta administración, el club sí sea una prioridad”.
La Opinión
