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Cúcuta
¿Quién puede con el ruido de los carreteros?
En los controles adelantados en julio, las autoridades incautaron cerca de una docena de plantas de sonido.
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Miércoles, 26 de Julio de 2017

El ruido que producen las cornetas de los carreteros que venden a gritos aguacates, papayas o tomates tiene a los habitantes de cinco barrios al borde de un ataque de locura.

Las víctimas de esta desbordada e incontrolada contaminación auditiva que se produce a diario en céntricos barrios como Lleras, Latino, Los Caobos, Blanco y La Playa se confesaron impotentes ante el caos.

“Nos estresa y nos pone en pánico todos los días a determinadas horas”, dice Flor Alba Castellanos, abogada que tiene su oficina en la avenida 0 con calle 14.

Para el médico Carlos Sánchez, quien atiende sus pacientes metros delante de la oficina de Castellanos, el ruido de los megáfonos de los carreteros es una tortura de tres horas que se inicia a las 10 de la mañana y recorre de arriba abajo las vías sin que ninguna autoridad intervenga para poner fin al escándalo.

Los vecinos de Los Caobos, La Playa y barrio Blanco, donde funcionan seis clínicas, dos asilos, medio centenar de consultorios médicos, colegios y jardines infantiles, les exigieron a la Policía y a la secretaría de Gobierno poner fin a la omisión de su deber con los infractores. 

“No puede ser posible que 30 vendedores se pongan de ruana la ciudad todos los días sin ninguna resistencia de las autoridades”, dijo Fernando González, líder cívico del primer sector.

El ruido, que llega a superar los 100 decibelios, es tan infernal, que traspasa las paredes y sobresalta a los pacientes que reciben atención en las clínicas San José y Norte. “Hemos hablado con médicos y nos afirman que en ocasiones trabajan tensionados por este motivo”, asegura Gloria Gómez, de Los Caobos.

El artículo 79 de la Constitución Nacional es claro en señalar que las autoridades deben garantizar el goce de un ambiente sano a todas las personas, “sin embargo, en Cúcuta no solo la norma se viola todos los días, sino que la Policía y la Alcaldía no hacen nada por impedir tantas infracciones”, dijo Gómez.

El nuevo Código de Convivencia y Policía, que entra en pleno vigor en agosto, también advierte que la contaminación auditiva es nociva para la salud, y además ordena que para prevenir esto se deben respetar los niveles admisibles de ruido (65 decibelios), hecho que para el caso de los barrios afectados supera todo límite, aseguran los vecinos.

Sí se controla: Gobierno

El secretario de Gobierno, Oscar Gerardino, señaló que cada 15 días se llevan a cabo batidas para controlar la contaminación auditiva. La última de ellas fue el pasado 7 de julio, y en ella, con el apoyo de la Policía, se incautaron  a los carreteros 12 equipos de perifoneo.

Dijo que en los controles se les advierte a los informales la improcedencia de emplear plantas de sonido para promocionar sus productos, ‘pero muchos de ellos hacen caso omiso’.

El funcionario dijo que todas las quejas que se han recibido este año con relación a contaminación auditiva se han atendido.

Gerardino dijo que no solo se combate el ruido generado por los informales. También se está llegando a los negocios de comerciantes formales que protagonizan escándalos con sus equipos de sonido para atraer clientes. 

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