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Cúcuta
Recorrido aéreo por la cultura
Una pequeña mirada de lo mucho que se tiene para mostrar en Cúcuta.
Sábado, 1 de Junio de 2019

La ciudad posee varios monumentos dignos de admiración por lo que representan para la cultura y la arquitectura misma de la región. Muchos de ellos se encuentran a una altura que impide observar desde el suelo algunas de sus características.

Pero si acercamos la lente, se puede ver que estas obras, con el paso de los años, han cambiado su aspecto y de la misma manera han perdido brillo y colorido; a pesar de que han sido pintadas, no se ha hecho con el rigor profesional y artístico que se amerita para esta clase de esculturas y piezas arquitectónicas.

   

Esta es la singular cúpula, de arquitectura moderna, de la parroquia San Juan María Vianney del barrio Cuberos Niño. Se dice que es escueta y sencilla como lo fue su promotor, el padre Martín Parada. Para la construcción de este templo se necesitaron 20 años. 

La parroquia San Luis Gonzaga, en el barrio que lleva su nombre, es la más antigua de Cúcuta, reconstruida después del terremoto de 1875. De arquitectura neogótica, sobresalen sus agujas, especialmente el chapitel estrecho y alto de la torre principal.

A una altura de 40 metros en la parte alta del barrio San Miguel, se encuentra la Virgen de Fátima. Se dice que fue traída de Europa y erigida en 1947 por la Diócesis de Cúcuta. Se cree que es el único monumento que tiene su propio cuidador en la persona de Gregorio Castellanos, quien cada seis meses sube para hacerle mantenimiento y los resultados saltan a la vista.

Se le decía parque de La Victoria. Allí se encuentra la escultura del artista cucuteño Olinto Marcucci. Hoy se le conoce como parque Colón. Dicha obra fue inaugurada en agosto de 1919 como homenaje al centenario de la Batalla de Boyacá. A 200 años de tan magna fecha, qué bueno sería que le echaran una mano.

En la Circunvalar con calle 11, del barrio El Contento, está la Columna Padilla, inaugurada en 1923 como homenaje al centenario del triunfo naval en la batalla del Lago de Maracaibo, que encabezó el marino colombiano José Prudencio Padilla. Una histórica ancla en la punta de la estructura, es el mejor recuerdo de la epopeya.

Por: César Obando / La Opinión 

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