Mediante el Banco Diocesano de Alimentos (BDA) la Iglesia Católica se ha convertido en punto de apoyo para decenas de familias que lo perdieron todo por la avalancha de la quebrada Tonchalá, asegurándoles un plato de comida caliente mediante ollas comunitarias dispuestas en los sitios donde ocurrió esta tragedia.

El obispo de la Diócesis de Cúcuta, monseñor Víctor Ochoa, dijo que están trabajando, además del Banco de Alimentos, con la Casa de Paso Divina Providencia, atendiendo ollas comunitarias en Los Arrayanes, 23 de Enero, Los Olivos y La Fortaleza, en el occidente de la ciudad, donde hay muchas necesidades y afectaciones por la oleada invernal.

Cúcuta: el drama no cesa tras la tragedia por las lluvias Así mismo, en otros sectores de Cúcuta donde se han registrado daños como muros caídos y casas averiadas, donde las diferentes parroquias están ayudando con alimentos y algunos  materiales de construcción para que estas personas afectadas empiecen a reparar los daños.

Los aportes que quiera hacer la comunidad se canalizan mediante el BDA, en las  parroquias de cada sector.

El obispo dijo que se necesitan alimentos no perecederos, granos, azúcar, enlatados, cobijas, utensilios de cocina y ropa nueva, agregando que han brindado hasta el momento unos 1.600 almuerzos, 1.000 refrigerios, 200 cobijas, 30 colchonetas y pañales, beneficiando a 180 familias aproximadamente. 

“En un momento de gran dificultad y dolor confiamos en el corazón generoso de todos los cucuteños para que puedan ayudar a sus hermanos necesitados. La iglesia seguirá ayudando como siempre lo ha hecho en estas situaciones tan difíciles unidos en la caridad de Jesucristo”.

Sigue el temor entre los habitantes de las zonas de alto riesgo El padre Jaime Aparicio, director del Banco de Alimentos, dijo desde el conjunto residencial Los Arrayanes, que la olla comunitaria estará funcionando el tiempo que sea necesario para acompañar a las familias afectadas, con el aporte de muchas personas y el trabajo de voluntarios que  preparan los alimentos “para compartir un plato de comida y un poco de alegría en medio de tanta tristeza”.  

El sacerdote invitó a la ciudadanía para que hagan sus donaciones para estas familias que resultaron damnificadas, llamado que fue atendido por la Central de Abastos (Cenabastos) y la empresa Agua Vida y muchas otras personas, que llevaron sus ayudas, gesto que fue agradecido por los afectados.

La Secretaría de Gestión del Riesgo de Cúcuta, con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones, OIM Colombia, trasladó a 170 personas que integran 55 familias damnificadas del barrio 23 de Enero, al Centro de Atención Transitorio al Migrante, donde reciben alojamiento y atención humanitaria,

Vicepresidenta en Cúcuta llama a frenar las urbanizaciones piratas En 23 de Enero, el sector más afectado, donde murieron dos personas y más de 150 viviendas fueron arrastradas, se hizo entrega de 212 ayudas de las 1.750 enviadas por el Gobierno Nacional que contienen kit de alimentos, de aseo personal y de cocina, y la  alcaldía de Cúcuta entregó 177 ayudas en alimentos, implementos de aseo y cobijas en Valles de Girón y Los Canarios.

Gladys Navarro, presidente de la Cruz Roja en Norte de Santander,  dijo que llegaron al sitio con médicos, enfermeras y psicólogos para atenciones en primeros auxilios, entregando además mercados, kits de aseo y  tapabocas, activando la línea de atención  RCF (Restablecimiento de Contactos Familiares), para ayudar a las personas a que se comuniquen con sus familias.