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Cúcuta
¿Sabe cuánto cuesta morirse en Cúcuta?
Las tarifas de los planes exequiales varían entre $1 y $10 millones.
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Sábado, 11 de Noviembre de 2017

“Nadie es eterno en el mundo”, reza la canción de Darío Gómez, el Rey del Despecho, pero ojo, ponga mucha atención y empiece a sacar cuentas si en sus planes está dejar el mundo de los vivos para irse a descansar al más allá.

Resulta que no es tan fácil hacer ese viaje, porque hay una serie de trámites que cumplir y gastos que ocasiona el morir, que deben asumir generalmente quienes con mayor dolor sentirán su partida a la eternidad.

Ellos son sus familiares más cercanos, padres, hijos o hermanos, los que llegado el momento tendrán que meterse la mano al bolsillo para pagar los servicios exequiales, que cada vez son más costosos, como diversa es la oferta de productos que el sector funerario pone a disposición del deudo. 

En ese sentido empiece  prepararse y vaya pensando en adquirir un seguro preexequial, que le permita tener acceso a esos servicios en caso de necesitarlo, sea para usted o un ser querido, recordando que la muerte es lo único que todos tienen asegurado en la vida. 

Lo que se ofrece 

Hay tarifas para todos los gustos, que garantizan al muerto un viaje en las mejores condiciones posibles, con mayores o menores lujos y preferencias, de acuerdo al dinero con el que se cuente,  que en Cúcuta oscila entre $1 y $10 millones. 

Los valores anteriores dependen de la funeraria, el plan a escoger, proceso de inhumación en un cementerio convencional o parque cementerio, o la cremación que cada vez tiene más aceptación, siempre que se pague de contado, porque ya las funerarias no están fiando.

En la ciudad hay funerarias que tienen tarifas cómodas que van desde $1 millón para el sepelio en tierra, en el Cementerio Central; sin embargo,  para una familia de escasos recursos este dinero podría ser toda la plata del mundo. 

Este valor incluye cofre mortuorio de plan, preparación del cuerpo o embalsamamiento, misa, arreglos florales (dos), carroza fúnebre, sala de velación o implementos de velación en caso que el velorio sea en la casa, autobús para el traslado de los acompañantes, impuesto, y la fosa por cuatro años. Si es en bóveda, los cuatro años de arriendo le cuestan entre $600.000 y $800.000, dependiendo de la ubicación y la altura en que vaya a ser enterrado. 

El cofre de lujo asciende a $1,7 millones, con un torneado redondo, tubos y manecillas de mejor calidad, con tapa que abre medio cuerpo, ventanillas laterales, entre otros adornos. Eso, seguramente, hará sentir más cómodo al difunto. 

El servicio, en otra funeraria de más prestigio, con cofre estilo catedral o copón, sepelio en un jardín cementerio privado, tiene un valor entre $2,5 millones y $4,5 millones, sin contar con el arriendo del lote o el hueco, que está en promedio $3,2 millones.  

Si el deseo es velar al ser querido en la funeraria 24 horas, el valor se le puede incrementar $250.000 o más, dependiendo del lujo que tenga, los arreglos florales, entre otros gastos. 

Si es del gusto que la persona fallecida vista para la ocasión un bonito hábito, le cuesta $140.000 o más, y si es con saco y corbata, pues el doliente trae el traje.  Algunas funerarias ofrecen traje exequial.

Si un familiar o amigo tiene lote propio en un jardín y de buen corazón lo quiere prestar, el interesado debe pagar la apertura de predio que son $970.000, más unos $15.000 por derechos de parque y mantenimiento mensual. Cuatro años después desembolsar $970.000 más para desenterrar los restos y pasarlos a un osario. 

En el Central un osario vale $450.000 y en un jardín $1,3 millones, pudiendo el difunto por fin descansar en ese reducido espacio por toda la eternidad.

Otros servicios 

Los servicios mortuorios tienen otros ingredientes que hacen más pomposo un funeral,  a cuyo paso del cortejo un desprevenido transeúnte bien puede decir si el que va en viaje eterno tuvo buena vida o fue tan lamentable como su entierro.   

Los servicios para los más pudientes incluyen coche fúnebre de lujo, carteles de invitación para el velorio, misa y entierro, oficio religioso con coro musical (si se quiere mariachi se paga aparte), tarjetas de agradecimiento, personal para cortejo fúnebre, trámites judiciales y certificado de defunción, cofre y urna para las cenizas (en caso de cremación), sala de velación con habitación de descanso.

Así mismo, derechos parroquiales, alumbrado para llevar a cabo la velación en la residencia, arreglos florales, libro de registro para asistentes, kit de oración (libro de oración, lapicero y camándula), cinta membreteada con el nombre de fallecido, servicio de cafetería o kit de cafetería si la velación es en la residencia, transporte para acompañantes  desde el lugar de velación a la iglesia y posteriormente al cementerio, placa en mármol del fallecido y aviso en el periódico.

Manejo del dolor

Hay otros servicios adicionales como la atención integral a los dolientes desde el punto de vista emocional, con sicólogos para el manejo del dolor y abogados que ofrecen asesoría  legal en caso de que el cliente lo requiera, como el tema testamentario, entre otros. 

El negocio de las funerarias se enfoca en el mercado de los cofres, ofreciendo diseños personalizados de los equipos favoritos de fútbol de los difuntos o con materiales ecológicos como la cáscara de arroz o de trigo.

Incluso, para los que tienen las capacidades económicas de hacerlo, existe la alternativa de cristalizar las cenizas y enviarlas a la luna gracias a las alianzas que tiene el sector con las compañías internacionales, según un artículo publicado en La República.

Las funerarias tienen planes de previsión exequial que les permite a los afiliados tener acceso a los servicios mencionados, pagando por cuotas mensuales y con el derecho de incluir hasta ocho personas del núcleo familiar, seguro con el que cuentan 18 millones de colombianos, según el medio nacional.

Luis Eduardo Bautista
eduardo.bautista@laopinion.com.co

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