La atención de la salud mental infantil en Cúcuta es compleja, dado que en el Hospital Mental Rudesindo Soto no hay médicos habilitados para internar a los niños farmacodependientes y con trastornos psiquiátricos.
A pesar de que en el artículo 4 de la Ley de Salud Mental (2013) se establece que los niños tienen prioridad en salud psiquiátrica integral, que incluye diagnóstico, tratamiento y rehabilitación, solo el Rudesindo Soto está autorizado en el departamento para atender estos pacientes, pero no tiene centro de internación.
Eduardo Chaín, gerente de la institución, dijo que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) le exige mantener separados adultos y niños, y por ello no es posible internar a los menores de edad que necesitan de tratamiento continuo y supervisión médica.
“El hospital no puede recibir menores para desintoxicarlos porque no hay un pabellón infantil con los recursos necesarios, no hay toxicólogo ni médico internista”, dijo. “Debido a esto, los pacientes recaen con frecuencia, ya que no se les puede hacer seguimiento”.
Los niños son atendidos siempre y cuando el tratamiento sea ambulatorio; de no ser así, deben ser trasladados a Bucaramanga o Bogotá para ser hospitalizados.
Según las estadísticas, las cuatro causas de morbilidad por las que más consultan los menores de 14 años son: consumo de sustancias psicoactivas —principalmente marihuana—, trastorno de déficit de atención, trastorno de la conducta y autismo.
Ante esto, Chaín explicó que como parte de la remodelación de infraestructura que se adelanta desde agosto en el hospital, se incluyó la construcción de una zona para psiquiatría infantil.
El pabellón tendrá 17 camas para hospitalización, una sala de terapia, comedor y habitaciones individuales, y la primera etapa de la obra se entregará en enero de 2020.
Geraldine León - Practicante de periodismo
