Para algunos intolerantes, hipócritas e insensatos, San Fernando del Rodeo es un sector poblado por víctimas de una guerra que no tiene nada de legal, también por el invierno o por el mayor de los pecados del Estado, el olvido. El arte urbano no es ese mensaje subversivo al que le oprime la democracia, es solo una forma amigable e irónica de invitar a la sociedad a decir lo que no le gusta de la política, lo que le hace falta a su comunidad, en otras palabras, una reflexión.
Jóvenes, niños, mujeres y todo aquel que quiso cambiar la cara a las paredes curtidas por el polvo del sector, participaron de una terapia de total gratuidad con vecinos que no piensan igual, sin necesidad de agredirse; y empuñando un pincel, desenfundaron la creatividad, apuntaron al olvido y dispararon coloridos trazos que dieron vida a guacamayas, colibrís, flores, y hasta el maestro Jorge Velosa, quien ahora observa caminar a los habitantes de este sector.
Mario Caicedo | mario.caicedo@laopinion.com.co