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Suicidios: problema silencioso

La Fundación Sergio Urrego realiza una gira replicando la lucha contra la discriminación y las causas que ocasionan el suicidio. 

“¿Qué se siente lanzarse al vacío?”. Con esta pregunta, Alba Lucía Reyes Arena inicia su desgarrador relato sobre la muerte de su hijo, Sergio Urrego, un nombre que se ha convertido en la bandera de su lucha contra el suicidio. 

Ayer, esta madre se trasladó hasta el barrio Motilones de la Ciudadela Juan Atalaya, para contar la pérdida de su ser querido, de 16 años, quien se aventó el 4 de agosto de 2014 desde el último piso del centro comercial Titán Plaza, de Bogotá. 

El estudiante del colegio Gimnasio Castillo Campestre sufrió acoso por parte de las directivas de la institución educativa por sostener una relación homosexual con un compañero de clases. Alba Lucía, su madre, dice que el único pecado fue amar desde su diversidad.

Esta historia de vida se ha convertido en la inspiración de la fundación Sergio Urrego, que dirige esta publicista después de la tragedia.

“Esta iniciativa nace a raíz de un proyecto que iniciamos hace poco, sobre talleres y charlas en prevención del suicidio en niños, niñas y jóvenes, ocasionado por la discriminación (…) Escogimos esta ciudad porque hay muchos casos de discriminación por orientación sexual, pero sobre todo, por su lugar de origen”, indicó Reyes.

Durante esta intervención, que se adelantó en el marco del taller “Territorio de Corazón”, la mujer entregó detalles de su relación con Sergio y los momentos posteriores a este fatal desenlace.

El evento se desarrolló en Casa Morada, una edificación de la comuna 7 que acoge a migrantes en situación de vulnerabilidad. 

Para la directora de esta fundación, la población proveniente de Venezuela es una de las mayores afectadas por este fenómeno, que puede desencadenar en un mal silencioso: el suicidio.

“Lo más importante es llegar a cada corazón y sensibilizar, dejando una huella para cambiar la sociedad, en cuanto a tantos estigmas y paradigmas, que se aferran en las familias. Nuestro trabajo está enfocado en los papás, porque la discriminación siempre empieza en casa”, precisó.

Una de las asistentes a esta intervención fue Mónica Carolina Corredor, coordinara regional de Bethany Global, una organización internacional que ofrece un apoyo a comunidades vulnerables.

Ella dice que es importante el planteamiento de la fundación Sergio Urrego, encaminado a conformar una red de espacio para garantizar la protección de la población migrante.

“Lo que propuso durante el taller fue crear zonas que se blinden de la discriminación, porque en muchos casos  hay triples discriminación: por el hecho de ser venezolano, pertenecer a comunidad diversa y formar parte de una tribu indígena”, indicó Corredor.

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Jueves, 12 de Diciembre de 2019
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