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Taxistas, entre el olvido y la delincuencia

Los empresarios de taxi confían en las soluciones que han prometido la Policía y la alcaldía para poder superar los graves problemas de seguridad. 

Entre 10 y 12 asaltos a taxistas se producen a diario en la ciudad, en una racha delictiva que el mes en curso ya cobró la vida de un conductor.

Es tan alarmante la situación de inseguridad, que muchos conductores del gremio amarillo están pensando seriamente en armarse para defenderse por su propia cuenta, “ante tanta indiferencia de las autoridades”, dijo Edwin Carrillo, un taxista de 28 años que el mes pasado fue blanco de un asalto cuando prestaba un servicio hacia el barrio La Libertad.

La presidenta de la Asociación de Empresa de Taxi de Cúcuta (Asoempresas), Janeth Jaramillo, denunció que el gremio no solo está expuesto al coronavirus, sino a la pandemia de la delincuencia. “Nos sentimos impotentes ante tanto abandono hacia nuestro gremio y ante tanta inseguridad”, dijo.

Al hacer el balance de las dificultades que les han dejado las medidas de confinamiento por la crisis sanitaria, Jaramillo aseguró que las pérdidas son por igual para empresarios, propietarios y conductores. Solo el 36 por ciento de la flota está operando y de 30 días del mes cada conductor trabaja apenas 15 días, explicó la presidenta de Asoempresas.

En este orden, los propietarios están recibiendo solo 30.000 pesos diarios, cuando en enero eran 60.000.

La rentabilidad está por el piso y ante esta situación tan caótica el gremio no ha recibido apoyo de ninguna parte, precisó Jaramillo.

Nos habían prometido un subsidio para pagar el 40 % de la nómina, pero tampoco se ha hecho efectivo, tampoco nos han dado créditos blandos, añadió.

Ramiro Carreño, propietario de dos taxis, dijo que la inseguridad es ahora el enemigo más grande que tienen, más que la piratería y el mismo coronavirus. “Nuestros conductores están saliendo a trabajar con miedo a ser asesinados, y solo por quitarle 30 o 40.000 pesos que es lo que cargan”.

Los asaltos a taxistas se dispararon hace tres meses, incluso con un conductor muerto, y ahora volvemos a estar en el ojo de los delincuentes”, dijo Carreño.

La presidenta de Asoempresa dijo que lo que se está pidiendo a la Policía y a Tránsito es que se intensifiquen los controles en las calles, que se exija la tarjeta de operación a los taxistas, porque es obligación portarla, ‘ello nos puede dar un indicador de quiénes están al frente del volante’.

La piratería también nos está causando un daño enorme a nuestras finanzas, dijo Jaramillo.

Estudios recientes sobre el impacto que ejerce la piratería en el transporte formal en Cúcuta arrojaron que las pérdidas mensuales pueden estar por encima de los mil millones de pesos, solo para el gremio de taxi.

Omaña pidió al alcalde ser incluidos en el Plan de Desarrollo Municipal y que se tenga en cuenta al gremio de conductores para las ayudas que se están entregando.

Orlando Rivera, gerente de Radio Taxi Internacional, reiteró que más de 8.000 taxistas no han contado con apoyo de nadie en esta pandemia.

Al taxista cualquiera le cae y le quita lo que tiene porque lo ve vulnerable, sin seguridad que valga, dijo este empresario.

El comandante de Policía de Cúcuta, José Luis Palomino, en diálogo con los empresarios y conductores de taxi les anunció reforzar los controles en las vías y nuevas estrategias para hacer frente a la delincuencia que los azota.

Retenes sorpresa, grupos de WhatsApp y redes de apoyo son entre otras las otras estrategias con las que se empezó a combatir la delincuencia.
Nosotros vemos que hay una enorme voluntad de parte de Palomino, pero en ocasiones ese mismo interés no se les ve a los policías que están en las calles, dijo Rivera.

Guerra del centavo

En el gremio de transporte público colectivo, el motivo que tiene alterados los ánimos de los conductores de buseta y microbuses no es otro que la ausencia de pasajeros en sus recorridos y por ello la guerra del centavo que están librando en las vías.

El miércoles ocurrieron dos accidentes que pudieron terminar en tragedia en avenidas de los barrios Guaimaral y Trigal del Norte, donde sufrieron daños de latas busetas de Transpetrolea, Transoriental y Tonchalá, en una puja por ganar el pasajero que esperaba transporte.

Fabián Daza, vocero de los conductores de bus urbano de Cúcuta, lamentó los hechos y dijo que lo sucedido es porque las medidas que están rigiendo llevan al desespero a los choferes. 

“No hay pasajeros y todos andan desesperados. Le pedimos al Área Metropolitana replantear las medidas, porque lo que vemos es que quieren sacar toda la flota al servicio y eso sería el caos para nosotros”, dijo Daza.

Habla el área

El director del área metropolitana de Cúcuta, Miguel Peñaranda, precisó que los recientes cambios en la medida del pico y placa se han tomado en razón de garantizar la movilidad en la ciudad. 

El directivo recalcó que el transporte público urbano ha sido el único que desde el día cero de la cuarentena ha podido trabajar, acatando las medidas de sanidad, bioseguridad y distanciamientos dentro del vehículo de transporte. 

Dijo que luego del análisis que se hizo con los transportadores y los taxistas se concluyó que la mejor fórmula era volver a como estaba antes (es decir, al esquema de pares e impares) ya que la gente que está saliendo no es mucha.

En este orden, Peñaranda aclaró que el taxi es de modalidad de transporte público individual y solo puede movilizar a un pasajero, “no puede andar por la calle recogiendo gente como si fuera un colectivo”.

En cuanto al transporte colectivo, la ampliación de la flota de transporte corresponde a un incremento del 50 % al 80 %, pero en la realidad tan sólo el 50 % y 60 % del parque automotor circula en las calles, pues propietarios y choferes no salen a prestar el servicio de transporte por una y otras consideraciones.

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Jueves, 21 de Mayo de 2020
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