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Tópicos del día en 1935 (II)
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Sábado, 28 de Mayo de 2022

Siguiendo con las noticias de 1935, publicadas en la prensa local encontramos que buena parte de ellas llegaban por vía telegráfica, provenientes de las principales agencias noticiosas más importantes del mundo, razón por la cual, la información sobre hechos y eventos que se sucedían en los países del mundo conocido eran de divulgación habitual, muchas veces superando las nacionales que llegaban a la redacción a través de los corresponsales, la mayoría contratados directamente por los medios.

En el caso de estas crónicas, nos enfocaremos a mencionar las correspondientes a la región y en particular a nuestra ciudad, salvo noticias nacionales que ameriten comentario dado su importancia o su relación con nuestro entorno, como el hecho del deceso de don Pedro A. López, padre de Alfonso López Pumarejo, a la sazón Presidente de la República. Había sido don Pedro A. López un connotado banquero que a raíz de la crisis sufrida en el decenio de los veinte, dio origen al Banco de la República, como banco central de la nación y de paso, a la modernización de nuestro sistema monetario.

Fue impulsor del Banco de Bogotá, en momentos en que comenzara su expansión, donde uno de sus fundamentos fue la de agrupar y fusionar una serie de pequeños establecimientos bancarios que se extendían a lo largo y ancho del país en una sola entidad integrada a nivel nacional. Una de esas adquisiciones fue la del Banco de Pamplona cuya sede ubicada en la avenida quinta entre once y doce, aún se conserva como estructura, don hoy funciona el Banco Popular. Su imponente funeral, en la capital de la república, reflejó en cariño de sus conciudadanos.

El retiro de un colega periodista marca una noticia gremial, se trataba del veterano comunicador don Luis Rodrigo Díaz García, quien durante más de veinte años dirigió las riendas del periódico ‘La Tarde’, ahora pasaba a disfrutar de una bien merecida jubilación; sus compañeros de prensa y radio le reconocieron las luchas cotidianas por las ideas y los anhelos de su patria chica con todas sus inquietudes, satisfacciones, alegrías y sinsabores, las que emprendió con brillo y entusiasmo. Nuevas energías eran esperadas a partir de ahora en el vespertino y muchos triunfos se le deseaban a su nuevo director.

En este año cumplía su primer año de funcionamiento el ‘Colegio Cúcuta’ por lo cual se programó un armonioso acto de clausura que a la vez serviría para las celebraciones conjuntas de terminación del año lectivo y de su primer periodo exitoso de estudios. El ‘Colegio Cúcuta’ era un establecimiento de enseñanza secundaria para señoritas, que funcionaba en el mismo sitio donde hoy está la Normal de María Auxiliadora en la esquina de la avenida cuarta con calle trece. Decían las crónicas de ese momento que “…el primer año de labores ha sido una revelación feliz de la eficacia de este instituto, donde la juventud femenina va preparándose para descollar por su cultura y su saber en el seno de la sociedad.

Muchos padres de familia llamados  a prestar apoyo a obras como esta lo miraron con indiferencia y lo consideraron un ensayo sin probabilidades de éxito; otros quisieron aniquilarlo en las telarañas de las sugestiones. Pero el gobierno persistió en su esfuerzo y después de un año de labores el ensayo ha constituido una victoria firme, espléndida. El ‘Colegio Cúcuta’ se ha impuesto por su organización, sistemas y la calidad de su profesorado. Las directoras, señoritas Soledad Reyes Gutiérrez, Marina Mejía y Ofelmina Gómez, verdaderas maestras preparadas en las modernas prácticas pedagógicas, merecen cálidos aplausos por los resultados obtenidos este año, que son prenda de mayores éxitos en el futuro”.

Siguiendo con las noticias de finales de año, cuando las instituciones educativas proclamaban sus éxitos, en el Liceo del Carmen se verificó la clausura de su año escolar, acto que estuvo presidido por su directora, la señora Trina Moros de Herrera y durante el cual fueron presentados numerosos eventos, todos ellos merecedores de entusiastas aplausos de la numerosa y selecta concurrencia.

Recibieron muchas felicitaciones, su directora así como las alumnas del plantel que ella dirige, por los resultados satisfactorios presentados en los exámenes de fin de año, que en aquella época eran supervisados estrictamente por los inspectores de educación de las secretarías del ramo en todo el país.

Un barrio, desconocido para la mayoría de los cucuteños, llamado ‘La Goajira’, elegía en octubre su Junta de Embellecimiento, tal como era la costumbre por aquellos años. Orgullosamente anunciaban que su propósito era el de trabajar para alcanzar de los poderes públicos, el alumbrado eléctrico, la vigilancia policiva, agua y otras necesidades importantes para el barrio.

Su presidente, el señor Secundino Sulbarón, había enviado comunicación escrita a todos los medios de comunicación informando la conformación de dicha Junta, la cual fue elegida por unanimidad y sus principales dignatarios fueron, además del presidente, Neftalí Rodríguez como vicepresidente, Simón V. Martheyn, secretario; tesorero fue escogido el señor Mario Guillén y como vocales, Justo Ríos, Alfredo López y Daniel Parra.

Una de las principales preocupaciones de los habitantes de la ciudad por los años de mediados del siglo pasado, era el ornato y las obras de embellecimiento de parques y calles, una actividad que recaía principalmente en la Sociedad de Mejoras Públicas. En esta ocasión y a raíz de la modernización que se había emprendido para terminar la pavimentación de la avenida quinta desde el Parque Santander hasta la casa de don Tomás Jaimes Vera, la Junta encargada estaba de plácemes, no sólo por haber cumplido a cabalidad con su cometido y haber obtenido economía  en el costo de la obra sino por la perfección de la misma.

Como era el propósito de la Sociedad de Mejoras junto con los gobiernos municipal y departamental y el pueblo se esperaba que los trabajos continuaran. Era tal el entusiasmo con la inauguración de la avenida quinta, que se produjo un movimiento ciudadano tendiente a organizar un festival a beneficio del embellecimiento de otras vías importantes de la ciudad y para ello, algunos personajes renombrados hicieron propuestas generosas para recaudar fondos, como la del señor Heriberto Puchi, empresario del Teatro Guzmán Berti, quien presentará una función cuyo producido se destinará a la modernización de las calles de la capital departamental, empezando por la avenida sexta, desde el Parque Santander hasta la esquina de ‘El Kiosko’.

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