Cuatro meses ya pasaron desde que los habitantes de la torre 28 de Cormoranes salieron del edificio para que fuesen reforzadas sus cimentaciones.

Sin embargo, en la estructura aún no empiezan nada. La curaduría urbana número 1 de Cúcuta aún no ha expedido la licencia para las obras.

La espera de seis meses, tiempo programado por el constructor (Unión Temporal Cormoranes) para hacer los trabajos, se seguirá prolongando hasta tanto la curaduría no dé el visto bueno de lo que se va hacer.

La última respuesta que otorgó la entidad era que seguían revisando la documentación exigida al constructor. 

Entre la documentación está la normatividad del predio donde se va hacer la obra: se deben entregar estudios de suelos, levantamiento arquitectónico y cálculos del reforzamiento estructural. 

El constructor, José Luis Rivera, sostiene que entregó los requerimientos exigidos por la curaduría, pero aún siguen a la espera. “Teníamos todo listo por el área de trabajos, pero por el número de viviendas sí requirió otro tipo de revisiones”, dijo.

Sin embargo, Rivera manifestó que ellos ya tienen a la mano todo lo necesario para empezar los trabajos sobre la torre.

La preocupación de las 20 familias del edificio es el tiempo de arriendo que está pagando la constructora. Sin embargo, la unión temporal se comprometió con los propietarios a cancelar los alquileres hasta concluir la obra.

A la comunidad también le preocupa que en la torre no hayan colocado ningún tipo de señalización o demarcación que impida transitar por la misma.

El presidente de la junta de acción comunal, José Ordoñez, explicó que urge comenzar los trabajos de reforzamiento de la torre porque la estructura se deteriora más a medida que pasa el tiempo.

“En la torre se están metiendo viciosos. Además, que es un riesgo que no se haya demarcado. Lo ideal es que nadie tenga acceso a ningún lugar de la estructura, pero en este momento cualquiera puede entrar y subir sin inconvenientes”, dijo. 

El dirigente vecinal pidió a los órganos de control que intervengan en el caso, pues no se explican las razones que han demorado tanto la aprobación de la licencia.

La Procuraduría General de la Nación tiene conocimiento del caso, incluso, fue la que conminó a desalojar la torre hasta tanto no se ejecutaran los trabajos de reforzamiento. La entidad tiene en sus manos los estudios técnicos al igual que la Superintendencia de Notariado y Registro. 

Las familias dueñas de los apartamentos son damnificados de la ola invernal, víctimas del conflicto armado, madres cabeza de hogar que recibieron sus viviendas hace tres años, y apenas un año después de la entrega comenzaron a presentar fallas.

¿Qué se le va a hacer?

Los trabajos que se harán en la torre 28 comprenden una obra de reforzamiento con 36 pilotes que se construirán en el perímetro de la torre. En cada uno de los pisos se construirá una viga, que permitirá amarrar la estructura a los pilotes.

Posteriormente, se hará una nivelación de cada uno de los apartamentos, así como los arreglos internos, y las zonas sociales.

Mientras que las escaleras tienen dos alternativas: construirlas nuevamente o hacerles igualmente un reforzamiento.

Las obras que se van a ejecutar son el resultado de las recomendaciones dadas en el estudio técnico que presentó la firma Gedic, en diciembre del año pasado, y que fue contratado por el ministerio de Vivienda.

Este estudio también fue revisado por la Alcaldía de Cúcuta, a través de la secretaría de Gestión del Riesgo de Desastres que levantó un informe con los daños que presentaba cada uno de los apartamentos de la torre afectada.