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Cúcuta
Trata de personas: el delito está vivo
En Cúcuta las autoridades alertaron que ocho de cada diez víctimas de la trata de personas son mujeres. 
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Orlando Carvajal - Periodista La Opinión
Orlando Carvajal
Sábado, 22 de Junio de 2019

Aunque la trata de personas en la frontera está vigente, la Policía de Cúcuta no tiene ningún resultado contundente contra las bandas que están detrás de este delito que ataca en mayor proporción a mujeres y niños.

No tenemos ninguna información cierta de mujeres o niños que se estén reclutando (en el área metropolitana) para instrumentalizarlos en delitos sexuales, utilizarlos como mulas o explotarlos laboralmente, afirmó el comandante de la Policía, coronel José Luis Palomino. El oficial, no obstante, reveló que se está trabajando en el control del delito desde cinco sitios estratégicos.

Esta ausencia de información que menciona el oficial contrasta con los casos que se conocieron el año pasado y el presente en operaciones contra la trata de personas en Bogotá, Medellín, Armenia y Barrancabermeja, y donde el hilo conductor del delito tenía su origen en Cúcuta, ciudad en la que las bandas reclutan a sus víctimas, en su mayoría mujeres de nacionalidad venezolana, para prostituirlas bajo engaños.

Marcela*, de 19 años, oriunda de Valencia (Venezuela), logró escapar de las garras de una de esas bandas que la atrajo hasta Cúcuta bajo la promesa de ubicarla en un trabajo digno y bien pago. 

“En enero del presente año llegué a La Parada porque pensaba viajar hasta Ecuador. Estaba tratando de sellar el pasaporte cuando una mujer bien presentada se me acercó y me dijo que si no me interesaba trabajar en Barrancabermeja, donde había una refinería. Le pregunté que en qué consistía el trabajo y me respondió que era para ser relacionista de una empresa contratista del extranjero”, relató la mujer.

Sin embargo, a Marcela un sexto sentido le decía que algo no estaba bien, pues era muy raro que me estuvieran esperando para ofrecerme un trabajo que bien se lo podrían dar a otra mujer de la ciudad.

Me resistí a creer que fuera algo real y por eso me negué, dijo. Otras dos amigas suyas que también iban de viaje a Ecuador sí aceptaron la aventura y viajaron a Barrancabermeja, donde dos meses después se enteró de que llegaron a trabajar en un centro de lenocinio del puerto petrolero.

Según la Fiscalía General de la Nación, en las operaciones emprendidas en ciudades del interior del país, todas las mujeres venezolanas que encontraron en las zonas de tolerancia denunciaron que fueron llevadas desde Cúcuta bajo engaños de buenos trabajos.

También Migración Colombia, en las investigaciones emprendidas desde el año pasado contra las bandas de trata de personas estableció que en Cúcuta hay una red que se encarga de buscar jóvenes venezolanos en diferentes sectores de la ciudad, a quienes abordaban con la promesa de un trabajo en fincas cafeteras.

Se pudo comprobar que una vez contactados, los embarcaban en buses, les pagaban los pasajes y los sacaban de la ciudad. Al llegar a Armenia los llevaban a fincas, para luego, cuando ya se encontraban en el lugar, obligarlos a trabajar expendiendo droga en diferentes barrios de la capital del departamento del Quindío.

El fiscal delegado para Infancia y Adolescencia, Mario Gómez, dijo que muchas de las denuncias que se tramitan en Colombia sobre trata de personas  tienen que ver con casos de explotación sexual.

La explosión migratoria que sacude al país desde 2015, cuando se cerró por primera vez la frontera con Venezuela, ha sido aprovechada también por las bandas de trata de personas, que no solo están a la caza de mujeres, sino de niños para vincularlos en el delito de mendicidad ajena.

El año pasado, en Cúcuta las autoridades alertaron que ocho de cada diez víctimas de la trata de personas son mujeres. Pero más grave aún, es que los menores de edad son los más sensibles a ser reclutados por estas bandas criminales.

Desafortunadamente en la frontera, por ser viva, económicamente pujante y porosa, se presentan situaciones complejas y un tránsito de personas que vienen de Venezuela y pretenden ir al cono sur, dijo Palomino.

Todo está en investigación

El oficial dejó entrever que detrás de este flujo migratorio que se ampara en viajes de turismo puede estar encubierto el delito de trata de personas, por eso se llevan a cabo investigaciones con las que se quiere establecer qué se esconde detrás de esta figura turística, quiénes la mueven, qué buscan.

Dijo que no se puede hablar de coyotes, pero sí de personas que se ofrecen para generar servicios migratorios.

Estamos en unos procesos investigativos serios y fuertes. Ya no se ve la procesión de personas entre Cúcuta y Bucaramanga. Los flujos de personas que hace cuatro meses veíamos, ya no se ven. Ahora son grupos de diez, explicó Palomino, quien reveló que fruto de esta labor  la Policía entrega casi a diario 200 personas a Migración para que las devuelva a Venezuela, porque pretendían ir al interior del país sin el lleno de los requisitos. 

Estos puestos de control se tienen dispuestos en La Bolera (Villa del Rosario);  San Gerardo (vía a Ocaña); Vía a El Zulia; Los Acacios (Los Patios) y la Central de Transportes de Cúcuta.

Las autoridades de Cúcuta y Villa del Rosario también se han quedado cortas en los controles para combatir la trata de personas. Solo el año pasado, la Secretaría de Gobierno de Cúcuta, acompañada de Migración Colombia y Cancillería, llevó a cabo una fugaz campaña para alertar a los papás sobre el control de sus hijos menores, objetivos de las bandas criminales que están detrás del delito en la frontera.

(14 cubanos fueron deportados desde Cúcuta este año por ingresar al país de manera ilegal).

Estafa turística

A la par de las bandas de trata de personas que operan en la frontera, también actúan bandas de estafadores que se aprovechan de la necesidad de los inmigrantes que proceden de Venezuela y que van de tránsito a países del cono sur para ofrecerles planes de viajes ‘fantasmas’.

El comandante de la Policía de Cúcuta, coronel José Luis Palomino, reveló que los miembros de estas bandas están del lado venezolano y en Colombia.

Ofrecen planes de viajes que tienen salida en Cúcuta con destino a Ecuador o Chile, todo por 100 dólares, unos 300.000 pesos.

Estos supuestos viajes incluyen tiquete, alimentación e hidratación hasta llegar al destino elegido.

Los estafados son abordados desde Venezuela con la ilusión de que en Cúcuta los están esperando para recibirlos y embarcarlos, pero ¡oh sorpresa! Cuando cruzan el puente y llegan a Villa del Rosario, no encuentran a nadie, ni el bus ni el tiquete. Ahí es cuando se dan cuenta de que fueron estafados, relató el coronel Palomino.

El oficial dijo que esta estafa se está volviendo viral en la frontera y por ello alertó a los viajeros del vecino país a no hacer negocios con desconocidos.

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