Después de veinte años de ausencia y de indiferencia, un alcalde de Cúcuta vuelve a poner sus pies en el corregimiento de Ricaurte.

El sábado, junto a varios miembros de su gabinete, médicos, socorristas del Cuerpo de Bomberos y la Policía, el alcalde César Rojas acabó con ese olvido que desconocía a la comunidad de este corregimiento en la frontera con Venezuela.

El arribo se produjo hacia las 9 y 30 de la mañana y enseguida se dio inicio a una brigada médica que ofreció atención odontológica y de medicina general a niños, jóvenes y adultos mayores.

En el colegio Fray Manuel Álvarez, Rojas aprovechó para poner en servicio el comedor escolar y las adecuaciones del plantel que tanto habían esperado  los niños para recibir sus alimentos. 

En el plantel, el mandatario escuchó atento las inquietudes de los líderes del pueblo: arreglo de calles, agua, el problema de los cítricos, la carretera, otro comedor escolar para la vereda El Descanso Parte Baja y los incendios forestales fueron los puntos de la agenda que se trataron.

“Había que aprovechar al máximo los minutos porque el alcalde no se ve todos los días por aquí”, dijo Luz Marina García, lideresa de El Descanso.

Tras escuchar sus planteamientos, Rojas se comprometió a pavimentar 50 metros del casco urbano del corregimiento que están en mal estado.

A los líderes comunales les aseguró que en los cuatro meses que le quedan de su administración el compromiso es tratar de mejorar el estado de la carretera que va de Cúcuta hasta el corregimiento.

Funcionarios del ICA y la Secretaría de Desarrollo de la alcaldía acordaron una estrategia para dar solución al problema de los crítricos.

Una solución esperada por los campesinos de la vereda El Descanso Parte Baja empezó a darse para los cultivadores de cítricos, quienes denunciaron que sus cosechas se las confunden el Ica y la Policía Fiscal Aduanera (Polfa) con contrabando.

La Secretaría de Desarrollo Económico y técnicos del Ica ordenaron que al corregidor se le presente un listado con los nombres de los productores de cítricos y de sus parcelas, a fin de verificar que las cosechas provienen de ellos y no de Venezuela.

“Está que se  nos pierden más de 200 toneladas de limón y naranjas porque en el puesto que tiene la Polfa en la cárcel Modelo nos dicen que nuestras cargas son de contrabando”,denunció Edwin Hernández, quien abriga la esperanza de que se dé una pronta solución a esto.

Rojas ordenó también a la Oficina del Sisbén que cumpla con la encuesta 4 de este programa en el pueblo.

Otro de los problemas que se solucionaron fue el de los incendios forestales, para lo cual el fin de semana el Cuerpo de Bomberos sofocó el que se mantenía activo desde hacía cuatro días en el cerro La Naciente.