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Voluntarios hicieron un parque en La Fortaleza

Fueron 28 personas provenientes de diferentes países que llegaron a la ciudad para trabajar con los más pobres.

Descalzados y con un balón desinflado, los niños de  Alto del Padre, en el asentamiento La Fortaleza, estrenaron su único escenario deportivo: una cancha sin mallas ni gramilla, delimitada por  botellas plásticas.

Allí, los niños gozaron de su miniestadio en un rincón de la loma donde viven.

Los pequeños celebraron su primera victoria en el empolvado escenario. Sus rivales, que no solo les doblaban la edad, eran los artífices del rústico campo de juego: los voluntarios de Aiesec.

Y es que desde hace dos meses, 28 voluntarios provenientes de Brasil, México y Guatemala llegaron a tierras cucuteñas para trabajar por las comunidades más pobres.

La Fortaleza fue el sitio escogido por Aiesec para realizar el voluntariado. Con una inversión que no supera los 2 millones de pesos, los jóvenes les construyeron una cancha, y un parque infantil a decenas de niños del asentamiento.

“Esta es mi primera experiencia en un voluntariado. Me llena ver que con obras pequeñas podemos hacer felices a estos niños”, dijo Julia Albuquerque, 20 años, oriunda de Brasil.

La estudiante de arquitectura dejó a un lado sus vacaciones para emprender una labor social en la capital nortesantanderana. En medio de risas asegura que lo que más le gustó de la ciudad fue la amabilidad de la gente.

Luis Rodrígues, 18 años,  también es oriundo de Brasil y participa por primera vez del voluntariado.

Asegura que lo mejor de esta experiencia es el poder trabajar en equipo con familias completas.

“Los niños nos ayudaban a pintar y luego se iban a jugar. Ellos probaban los juegos a medida que nosotros y sus padres los íbamos armando”, explicó.

Brayan, 5 años,  fue uno de los pequeños beneficiarios. Mientras se acomodaba para jugar con el balón, dijo que anteriormente jugaba con sus vecinos en la calle.

Jesús Lozano, uno de los voluntarios locales de Aiesec, dijo que los recursos para construir el parque fueron gestionados por ellos mismos.

“Una voluntaria de Brasil hizo una colecta en su país y aportó gran parte de los recursos”, detalló Lozano. “La comunidad puso los materiales reciclables con los que terminamos de construir el escenario”.

El parque ecológico tiene juegos infantiles elaborados en llantas y botellas plásticas.

Además de construir el parque, los voluntarios realizaron charlas sobre protección del medio ambiente. Esta iniciativa también se ha replicado en La Isla y Nueva Ilusión.

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Jueves, 23 de Febrero de 2017
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