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El nuevo panorama de las bibliotecas públicas

Si bien las bibliotecas públicas en Norte de Santander han permanecido cerradas,el distanciamiento social las ha acercado a sus usuarios.

Sin lugar a dudas la cultura ha sido uno de los sectores más golpeados por la pandemia. Artistas, espectáculos, escenarios, eventos, han sentido el rigor del confinamiento en un escenario donde las ayudas son insuficientes y se prevé una muy difícil normalización de sus actividades. Sin embargo, los museos y las bibliotecas ven una luz con su reapertura. Si bien las bibliotecas públicas en Cúcuta y Norte de Santander han permanecido cerradas, como las demás entidades, el distanciamiento social las ha acercado a sus usuarios, la posibilidad de retornar a los servicios disipa un poco la difícil situación que se ha cernido en este y en muchos otros aspectos, particularmente para esta zona de frontera.

Los más afectados

Los niños y los adultos mayores, según Marlene Navas, coordinadora de la Red Departamental de Bibliotecas, han sido los más afectados con el cierre. Por un lado son quienes más las visitan y más restricciones tienen de movilización, eran las bibliotecas los espacios predilectos para desarrollar sus actividades normales antes del confinamiento. “Muchos niños llaman a los bibliotecarios con insistencia a preguntarles ¿Cuándo van a abrir? ya que extrañan un lugar que hace parte de sus vidas”, señaló.

La Red está lista para orientar los procesos de reapertura de las Bibliotecas de acuerdo a las directrices del Gobierno, espera, eso sí, la evolución en los convenios con la Alcaldía de Cúcuta y la Gobernación del Departamento para afinar los lineamientos, y sobre todo atender las recomendaciones para esta área emanadas desde la biblioteca Nacional. Todo indica, de acuerdo a las últimas reuniones en las mesas directivas, que hay una manifiesta decisión en continuar apoyando los procesos de las Redes en Cúcuta y el Departamento, dadas las acciones que por años las han reconocido como referentes en el país. 

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“En los municipios sin COVID-19 se han realizado préstamos externos de libros a escuelas rurales que tienen dificultades de conectividad y acceso, libros y maletas viajeras; el protocolo de desinfección y cuarentena de ida y de vuelta se aplica igual rigurosamente”, indicó Navas. El cierre ha afectado directamente a más de 300.000 personas que se estima asisten en Norte de Santander a las bibliotecas públicas, esto sin contar los servicios bibliotecarios, las actividades de la Bibliorueda, las bibliotecas escolares, privadas y universitarias, lo que arrojaría una cifra considerablemente superior.  

Los aliados

 La versión 16 de la Fiesta del Libro de Cúcuta se llevará a cabo de manera virtual del 31 de agosto al 5 de septiembre.

En las bibliotecas del departamento, han sido el Whatsapp y la radio los grandes aliados. Si algo evidenció el confinamiento son las dificultades existentes en la conectividad que en algunos municipios se vuelve un verdadero dolor de cabeza. Dado que muchos de los planes de datos incluyen la popular aplicación, entre audios y textos de trabajo los bibliotecarios han podido atender desde consultas y préstamos de libros a domicilio, hasta asesorías de tareas.

La radio sigue teniendo ese importante espacio de presencia en los pueblos y las emisoras comunitarias son protagonistas, compañeras fieles de la lectura. Desde sus pequeñas cabinas los bibliotecarios y bibliotecarias emiten señales de aliento y voces cargadas de historias y emociones en los rincones donde la señal de internet es nula. 

Omaira Delgado, Coordinadora de Cultura en el Municipio de Herrán y quien está al frente de una de las bibliotecas más premiadas del departamento, señala que estos medios han servido enormemente para continuar prestando sus servicios así esté cerrada la infraestructura. “Hemos usado las redes sociales, pero también la fijación de publicidad en carteleras públicas y en establecimientos comerciales, la promoción de lectra para todas las edades”.

El panorama en las regiones

De los temores existentes, en casi todas las bibliotecas, al igual que un considerable número en el país, la reducción en los recursos de operatividad es latente. Al disminuir la contratación y priorizar las inversiones de los municipios en la atención a las medidas de protección y enfrentamiento de la pandemia, todas las instancias que dependen de las Alcaldías, entre estas las Bibliotecas, se ven seriamente afectadas.

No hay que olvidar que buena parte del sostenimiento de ellas se extrae de la estampilla procultura. Por ejemplo en la Biblioteca Rural Henry Pérez Ramírez del corregimiento de La Gabarra, se requieren intervenciones en infraestructura y la reorganización administrativa que adelanta la Alcaldía espera poder priorizar este recurso a pesar de la pandemia, como señala Luis Almarza, director del Centro Cultural en Tibú: “desde hace un tiempo estamos deseosos de reiniciar actividades, pero somos conscientes de la responsabilidad que esto implica tanto para el cuidado del personal como para el cuidado de nuestros usuarios”.

En Teorama la bibliotecaria Erika Rodríguez Fuentes, cree que las condiciones poco a poco se van alistando y que el trabajo continuo que han realizado con los usuarios de manera remota, pueden asegurar la posibilidad de apertura. “El espacio donde está la Biblioteca facilita las labores de bioseguridad que se deban tomar”, señala, “estamos esperando todos los protocolos del Ministerio de Salud”.

En Pamplona, Nancy Peñaloza, de la Biblioteca Jorge Gaitán Durán, también cree que es posible la reapertura: “se cuenta con las condiciones ya que en la Biblioteca se han tenido siempre, por parte del Instituto de Cultura, los protocolos necesarios de bioseguridad”. Indica, por ejemplo, que en el caso de préstamo externo, al retorno, los libros son desinfectados y aislados en cuarentena durante 14 días, como indica el protocolo. 

Elida Solano, quien es la bibliotecaria en Ocaña, señala que ha sido complicado el acercamiento con algunos usuarios de forma digital, particularmente los niños, ya que en su mayoría no cuentan con acceso a internet.

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La Biblioteca Chaid Neme, ubicada en la ciudadela norte de Ocaña, atiende en su mayoría niños, niñas y jóvenes de estratos 1 y 2, quienes a pesar de haber creado un grupo de Whatsapp, más de la mitad de ellos no pueden acceder a este.

Con sus guías en la mano y de casa en casa, eso sí “cuidando todos los protocolos”, aclara, Elida hace un programa de Lectura en Casa, junto a otras estrategias: “Les he enviado un cuento o una lectura y ellos hacen una cartelera; los tengo animados con un premio que les daré cuando nos volvamos a encontrar”.  La creatividad de los Bibliotecarios se ha extendido por todas las regiones del departamento y de las formas más variadas, han luchado contra las adversidades para hacer que sus visitantes sientan a su biblioteca cerca.

En Cúcuta

 Las actividades lúdicas, educativas y recreativas, se suspendieron a causa de la COVID-19.

 

Para Julio García Herreros, director de la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero, se han definido las directrices y se estudian los protocolos para dar la apertura. Para la biblioteca, pulmón cultural de la ciudad, la situación no ha sido fácil, la afectación económica es evidente y ha obligado a una fuerte reestructuración de sus prioridades, sumando que ya tenía adquiridos compromisos antes del confinamiento.

Actualmente, se están ajustando los protocolos en las fases indicadas recientemente, está prevista y se adelantan trabajos en la desinfección de los espacios físicos y de los materiales de consulta así como la reducción de los aforos, la ubicación de lavamanos en las entradas, el uso obligatorio del tapabocas para los usuarios y los insumos necesarios para que todos los empleados cuenten con las medidas de bioseguridad.

Afirma que han estado más cerca que nunca de los usuarios gracias a las plataformas digitales y anticipa que la Feria del Libro de Cúcuta, el evento cultural más importante y esperado en el Departamento, se realizará en Septiembre muy seguramente por canales virtuales. Indicó que definitivamente en esta pandemia, una lección para aprender, son las limitaciones en los anchos de banda por donde circula la información. 

Su gran lección es que “la sorpresa de esto que ocurrió en toda la humanidad es que creemos que lo sabemos todo y no sabemos nada, la humanidad es frágil y necesitamos entender esa condición. Todos debemos trabajar en equipo y jalar en el mismo sentido. Es una gran enseñanza para la Corporación en redefinir nuevos objetivos”.

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Domingo, 5 de Julio de 2020
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