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El reto, acabar con el discurso guerrerista: Roberto Sancho

20 años tiene el académico investigando temas de guerra y de violencia política en Colombia.

Es licenciado en filosofía y letras y en su currículo tiene maestría y doctorado en historia de la Universidad de Zaragoza (España). En Colombia tiene 20 años, ejerce la docencia y se destaca por el análisis de temas de guerra.

Roberto Sancho Larrañaga, estuvo en Cúcuta invitado por el Banco de la República donde dictó la conferencia: ‘Hechos de paz, antecedentes históricos del Eln y actuales diálogos’.

Seguro y con dominio en la palabra, dijo que investiga temas de violencia política armada, el terrorismo y la guerrilla en Colombia, España, Irlanda y México. 

En su charla planteó que hay que pensar históricamente lo que pasa con grupos como el Eln, no como un suceso sino analizando el contexto, los procesos frustrados y pensar que la paz es más que la firma de un papel en Quito (Ecuador).

¿Cómo se interesó por los hechos históricos?

Esencialmente quería saber cuáles eran los factores del surgimiento de la violencia política. Me interesó el caso de Euskadi en España con el caso de Eta y cuando vine a Colombia me pareció que era un laboratorio ideal para estudiar movimientos alzados en armas como las Farc y el Eln, indigenistas como el Kintin Lame y más intelectuales como el M-19.

¿Anécdotas de ese proceso?

Una vez me dijeron que cómo se podía escribir la historia del Eln o de Eta sin tener unas botas de caucho y dije que por eso mismo la podía hacer, teniendo una visión más objetiva de ese fenómeno social.

¿Cómo analiza el contexto histórico del Eln?

Me interesa el contexto porque ayuda a entender las posibles soluciones a los conflictos. En los medios de comunicación se plantean las cosas como sucesos y no como procesos. Lo difícil es convertir la información en conocimientos y eso es posible cuando se relacionan unos sucesos con otros. Por ejemplo, mirando al Eln en relación con la concentración de la tierra en el país. Hay que plantear la mirada histórica para interpretar el presente.

¿Cómo describe la evolución ideológica del Eln? 

Los grupos armados, no solo el Eln, comienzan con fines claros y utilizan la violencia para obtener el poder. Pero, a lo largo del tiempo predomina el medio, el uso de las armas. Para el Eln es imposible tomarse el poder y eso hace que predomine en uso de la fuerza y caen un callejón sin salida.

¿Si tomarse el poder con las armas es imposible, por qué no las dejan?

Es como una relación tóxica con la novia, se sabe que no está bien estar con ella, pero no se es capaz de dejarla. Así, es difícil romper ese círculo vicioso y algo así les pasa a los grupos. Debe existir una acción colectiva de la sociedad, ellos mismos no saben cómo resolverlo.

¿Por qué el Eln habla de paz, pero no se compromete?

El éxito con las Farc fue la toma de decisión que hicieron, tenían claro que iban a dejar las armas y lo hicieron, ahora hay 7.000 que no van a matar. En el caso del Eln no hay claridad estratégica, pero tarde o temprano tienen que entrar en negociación y lo que ganen no será distinto de lo que lograron las Farc.

¿Retos para el país?

Que los ciudadanos entiendan que la violencia no es solo la política armada y que la mayoría de los muertos no son por la guerra sino por la cultura de violencia que impregnó la sociedad. Pasar de esa cultura a una de paz, es el reto no solo de los grupos armados sino de los colombianos, hay que acabar con el discurso guerrerista.

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Eduardo Rozo
Viernes, 30 de Junio de 2017
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