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Cultura
¿Es el fin del concurso Eduardo Cote Lamus y Jorge Gaitán Duran?
La historia del concurso es un verdadero baluarte, pero esto parece no ser suficiente para estar dentro de las prioridades de la Gobernación. 
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Domingo, 9 de Agosto de 2020

Por: Isaias Romero P.| @yopoetrix

La pandemia de la COVID-19 ha sido la excusa perfecta para aplazar la convocatoria que desde Norte de Santander ha venido premiando una destacada generación de autores. Si bien el proyecto del concurso, en palabras del Secretario de Cultura Cesar Rojas, fue radicado para ejecutarse este año, con la “problemática de la pandemia del COVID-19, las actividades a desarrollar han sido aplazadas hasta nueva orden Departamental y Nacional”; señaló además que, “tan pronto se supere este incidente se procederá a iniciar las actividades pendientes”. 

Esas “actividades pendientes” son básicamente la convocatoria, deliberación, premiación y publicación del concurso, lo que supone posponerlo indefinidamente dado que al “incidente” del COVID no se le ve pronta resolución. Lo curioso es no saber, además de estos argumentos, qué impide a la Gobernación de Norte de Santander realizar el concurso. Otras iniciativas similares y con menor trayectoria, han cumplido sus calendarios sin novedad. Justamente el confinamiento parece favorecer la creación literaria como lo han entendido concursos de poesía y cuento por todo el país.
 
Los participantes aumentaron, por ejemplo, en la convocatoria de este año al Concurso de Cuento de la Alcaldía de Bogotá, y se han desarrollado sin contratiempos los de la UIS, el de la Biblioteca Rafael Carrillo en el Cesar, Medellín 100 palabras, por sólo mencionar algunos; incluso, los estímulos de literatura del propio Ministerio de Cultura, que cerraron convocatoria recientemente, tuvieron un aumento significativo en la participación con más de 20 propuestas sólo en la beca de Obra Inédita. Tampoco se entendería el apoyo a otras iniciativas de cultura en Norte de Santander que se realicen sin contratiempo.    

No es un concurso cualquiera

Si bien un premio literario puede no definir la calidad en una obra, en el caso del Concurso de Poesía Eduardo Cote Lamus y el de Cuento Jorge Gaitán Durán, dos de los más emblemáticos del país, las elecciones han confirmado carreras interesantes en la literatura Colombiana. Es además el único concurso que realiza un departamento para estimular la creación literaria nacional.

La historia del concurso es un verdadero baluarte, pero esto parece no ser suficiente para estar dentro de las prioridades de la Gobernación. Los concursos son “el aporte más significativo que desde el estamento se hace a la literatura regional y nacional”, señala Saúl Gómez Mantilla, poeta cucuteño que ha sido finalista y jurado.

“Cuando participé fue muy importante para mí, sobretodo en la calidad de los jurados, es un concurso limpio reconocido así a nivel nacional”, detalla.

Cada año llegan al concurso obras de escritores que reconocen en él un verdadero desafío y el prestigio del premio hace que inclusive escritores con trayectoria participen. Fundado en 1972 por el escritor Miguel Méndez Camacho, el concurso de poesía surgió como homenaje al poeta Eduardo Cote Lamus, ocho años después de su trágica muerte.

Cote ha sido uno de los poetas más representativos en el panorama nacional, y el concurso con su nombre ha exaltado a una nómina de autores referentes en la poesía en Colombia: Mario Rivero, Juan Manuel Roca, Jaime Jaramillo Escobar, Jorge Cadavid, Horacio Benavides por sólo mencionar algunas de las voces premiadas. En cuento han ganado autores tan destacadas en la literatura colombiana como Triunfo Arciniegas, Roberto Burgos o Guilllermo Maldonado. 

Y si los ganadores parecieran no ser relevantes, la historia también se alimenta de anécdotas entre los participantes. Por ejemplo la del poeta nadaista Gonzalo Arango quien compitió sin mayor mérito, o la que cuenta el escritor Milciades Arévalo, quien le había advertido al también emblemático poeta Raúl Gómez Jattin, que no ganaría si se presentaba. Cuenta Arévalo que fue tan fulgurante el destello del libro con el que participó el poeta cereteano, que a pesar de no haber ganado, se fue disfrazado de burócrata hasta Cúcuta con la misión de recuperar los originales. Hablamos de un concurso que ha puesto a dialogar generaciones sobre la poesía y el cuento en Colombia. 

Se puede sacar adelante

Ramón Cote Baraibar quien ha construido una valiosa carrera como escritor y es hijo de Eduardo Cote Lamus, ha sido uno de los mayores entusiastas por la preservación del concurso, manifiesta que junto a su familia le conservan un profundo cariño. Para él el premio es mucho más que honrar la memoria: “la calidad del premio es indudable, es trascendente, he sido jurado en varias ocasiones y lo conozco por dentro, he leído muchos de los textos y se evidencia la calidad. Entendiendo que la situación del Coronavirus hace que todo sea difícil, pero poniendo un poco de parte de todos, desde la Institución hasta los participantes, podríamos sacarlo adelante”. 

Señala además, que el prestigio del concurso precisamente se ha ido formando con los años y que sí es posible convocar para no pasar en vacío el trágico 2020. Coincide con él Cicerón Flórez Moya, quien hizo parte de la apasionada generación que acompaño al propio Eduardo Cote Lamus en varios proyectos culturales y ha sido testigo de su evolución desde la redacción del periódico La Opinión. Afirma que no debería existir ya ninguna incertidumbre en su realización, “hay que preservarlos como activos consolidados de la literatura colombiana y un aporte de Norte Santander”.  

Para Ela Cuavas, única mujer ganadora del concurso de poesía, la importancia del premio radica además en su posicionamiento: “Hay concursos que nacen y desaparecen y este es un concurso con más de 20 años. Fue una manera de medirme, de saber que se están haciendo las cosas bien y después de él han pasado otras muy valiosas conmigo, sería una lástima que el premio se acabara”. 

La realidad

La Asociación de Escritores de Norte de Santander lidera la convocatoria desde hace más de 20 años, cuando el entonces Secretario de Cultura, Juan Manuel Villa, les requirió para hacerse cargo. Desde entonces han asumido el compromiso y el reto a pesar de las múltiples adversidades. Ciro Pérez, Director de la Asociación señala que el concurso ha logrado que todo el país se una en torno a un proyecto netamente nortesantandereano: “este concurso ha permitido además traer a Cúcuta a los mejores escritores de Colombia ganadores o jurados, incluso internacionales, que interactúan con talleres de formación con los escritores más jóvenes”. 

Vale la pena señalar que la realidad de las iniciativas departamentales en materia de literatura en Norte de Santander son escasas, muy pocas referencias se pueden encontrar de aportes directos del Departamento para la creación literaria y sobresalen por mucho otras manifestaciones culturales.

Si bien en el Plan de Desarrollo presentado en Julio de este año, se resaltan los 4 concursos (1 por año), la meta es casi la única para literatura y ya va perdiendo tiempo para cumplirse. Otras iniciativas como impresión de libros para el cuatrienio, consideran suficientes 20 ejemplares, 5 por año, y no hay destacados registros de apoyos o estímulos directos a la literatura que tanto honor ha dado al departamento, como sí existen en otras áreas de expresiones culturales. 

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