La paz se ve distinta en Bogotá, en la capital es algo teórico y político. En cambio, en la provincia, es una necesidad que duele, ligada a experiencias dolorosas. Con esas palabras el experto en ética periodística, Javier Darío Restrepo, se refirió al acuerdo de paz con la guerrilla de las Farc, al tiempo que hizo un llamado a la reconciliación nacional.

Catedrático y periodista, estuvo en Cúcuta como invitado de la Fiesta del Libro, guiando un foro sobre cultura y posconflicto en la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero. En diálogo con La Opinión, habló de temas punzantes de la realidad colombiana y que le están dando un tinte especial a la historia del país.

Con el acuerdo de paz usted plantea que Colombia debe estrenar alma. ¿Cómo aportar desde los medios?

Se trata de fortalecer a los medios y saber que como periodistas entramos en la conciencia de las personas. Las informaciones tienen un potencial pedagógico innegable y hay que activarlo. Hay que entender que al informar estoy educando y que esa información positiva o negativa puede convertir a la gente en rencorosa o reconciliadora. Ese es el poder que tenemos y no hemos utilizado por estar sumergidos en los dolores de la población; es el momento de que eso cambie.

¿Cómo cambiar el chip de periodismo problema a uno más incluyente?

Usted utiliza una buena imagen: cambiar de chip, aunque en este caso no es tan mecánico y es más de aptitud. Ahí surge la pregunta: ¿qué me estoy proponiendo al hacer periodismo, una operación comercial, egoísta o de servicio a la comunidad?

El acuerdo supone el fin de la guerra con las Farc, pero no de todas las formas de violencia. ¿Esto podría ser una piedra en el zapato?

El obstáculo está en las personas y en las aptitudes. Si se parte de la realidad con un grupo guerrillero que resolvió ceder en el diálogo y entregar las armas, hay que aprovecharlo. La paz es una oportunidad que tenemos los colombianos desde diferentes puntos de vista. En la educación para la paz hay un campo amplio, allí implica cambiar lo que usted dice, de chip.

¿Cómo armonizar la desconfianza de la ciudadanía con el Estado y las Farc en zonas como el Catatumbo?

Uno como periodista tiene que aprovechar lo que tiene a la mano, las noticias de cada día. Generalmente subrayamos unas más que otras y son las de primera página. Allí hay una posibilidad, subrayar todas las noticias para estimular en la gente que la confianza es posible.

En Colombia se requieren cambios culturales y de pensamiento. ¿Cuál es el papel de padres y docentes?

En los hogares hay un gran reto. Si uno se levanta en uno donde hay comprensión, conoce lo que es el perdón y la reconciliación. Los papás no nos damos cuenta de que con gestos y omisiones estamos dirigiendo el alma de los niños. En el país se necesita una gran cruzada de reconciliación y de eliminación de odios. Ahora, en las escuelas eso tiene que ser permanente. Si se forma para creer que el gran triunfo en la vida es tener dinero y ser ricos, se forma a avaros. Por el contrario, si se gesta el ayudar a los demás, se crea una cultura distinta y la educación es positiva.

¿El arte es una poderosa herramienta de educación?

Grandísima. El arte se convierte en un lenguaje del común y corriente y hablo no solo de palabras, también están las maneras de ver y de sentir. El arte se dirige a distinguir que es lo bello de lo feo, lo noble de lo innoble, lo santo de lo perverso. Eso es una formación del alma.

Eduardo Rozo Jaimes | eduardo.rozo@laopinion.com.co