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La mala hierba, de Juan Gossain, 39 años después

La nueva edición de una de las novelas colombianas más importantes del siglo XX cuenta con un estratégico prólogo de Alejandro Gaviria.

Usualmente la pregunta que puede parecer más obvia es la que logra la respuesta más profunda y necesaria. Con la nueva edición de ‘La Mala Hierba’, la novela que el periodista y escritor Juan Gossain publicó hace 39 años, muchos se preguntarán: para qué volver a ella, más cuando el cine y la televisión en los últimos años ha manoseado y manipulado el tema del narcotráfico a su acomodo, lejos del rigor histórico.

La nueva edición de una de las novelas colombianas más importantes del siglo XX, publicada ahora por Seix Barral, cuenta con un estratégico prólogo de Alejandro Gaviria. 

Es un acertado preámbulo donde el lector puede entender lo necesaria que es mantener fresca en la memoria este tipo de historias, para dejar de repetirlas.

Gaviria es claro, ‘La mala hierba’ fue una advertencia a la cual no le hicimos caso, siendo una crónica que mostraba el camino de la transformación, o deformación social, que generaría el tráfico de drogas en una sociedad usualmente complaciente, aquella que le gusta mirar a otro lado.

Vale recordar que Gossain no solo ha sido uno de los grandes periodistas radiales en el país, también fue un cronista innato, con una serie de trabajos tan importantes en la prensa escrita que para su época, en el diario en el cual él trabajaba, sus lectores creían que Juan Gossain era un seudónimo a través del cual todo un equipo periodístico publicaba sus mejores trabajos.

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En ‘La mala hierba’ lleva todo ese conocimiento, su ADN de reportero innato recurriendo a la ficción para narrar hechos reales, como su minuciosa construcción de la historia de los orígenes del negocio de la marihuana, con heridas que siguen abiertas.

Los personajes van lanzando datos que para la época eran reales, como los 20 millones de norteamericanos que en 1971 consumían marihuana, así como la danza de los millones de dólares que dejaba este tipo de tráfico, donde la mayor parte era para los traficantes y los cultivadores se quedaban con el menor porcentaje.

La exageración, lo que parecía opulento para quienes manejaban el negocio del tráfico de marihuana descrito en la novela, la mayor parte de ello basado en hechos reales, se quedarían cortos en la siguiente década, cuando esta bonanza pasó a un segundo plano para darle paso a la coca.

Esta nueva edición llega en un momento interesante. En ella se habla de una producción y tráfico, de un elemento ilegal como la marihuana por parte de contrabandistas.

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Colprensa
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Domingo, 9 de Febrero de 2020
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