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Cultura
Pablo Montoya, cosmopolita de la literatura
Escritor invitado a la Fiesta del Libro de Cúcuta.
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Eduardo Rozo
Jueves, 6 de Septiembre de 2018

Él, habla con soltura de sus escritos y con su mirada da cuenta de un cúmulo de vivencias que ha forjado en 55 años. A su mamá le debe el gusto por la lectura y con el paso de los años se hizo escritor de cuento, de poesía, de novela y de ensayo.

En Colombia es uno de los escritores más reconocidos y en 2015, ganó el Premio Rómulo Gallegos con ‘Tríptico de la infamia’. Pablo Montoya Campuzano, estuvo en la frontera presentando su más reciente novela: ‘La escuela de música’.

¿Qué lo define como escritor?

Soy un escritor híbrido, de todas partes y de ninguna. Trabajo diversos géneros, me gusta la libertad, no los órdenes establecidos. Soy amante del arte y del buen vino, de los viajes. Soy cosmopolita.

¿De dónde viene la vena literaria?

Hago parte de una familia numerosa, somos 11 hermanos que tuvimos la fortuna de tener una madre lectora. De niño no escribía pero si leía mucho, especialmente cuentos, historias de viajes y poesía.

¿Qué recuerda de sus primeros escritos?

Eran ejercicios que me ponían en el liceo. El primer texto fue sobre un árbol carbonero y es curioso porque en una novela que se llama ‘Los derrotados’, hay un capítulo dedicado a los árboles y a las flores. Aquel texto fue elogiado por mi profesor y él vaticinó que tenía madera para la escritura. Con el tiempo uno va madurando ideas que aparecen en la infancia. 

¿De qué trata La escuela de música?

Es una novela que comencé a escribir cuando era estudiante de música en Tunja. Tenía 20 años y para la época era un texto ambicioso, con muchos personajes. Es una novela de aprendizaje que cuenta las peripecias de un joven que es un alter ego mío, Pedro Cadavid, que también aparece en ‘Los derrotados’, entonces es un personaje que vengo trabajando en mis libros. Cuento la historia de su aprendizaje en la música y de como Pedro va llegando al aprendizaje de la escritura literaria en un medio muy candente como el de la Colombia de los años 80. Una época de guerrilla, paramilitarismo, masacres y violencia. En medio de todo ese fragor social se da el surgimiento de un artista.

Recordando sus vivencias

La charla que Pablo Montoya ofreció ayer en la Fiesta del Libro fue emotiva y el público respondió al carisma del escritor. En diálogo con él, habló de sus escritos y se le midió a recordar momentos de su vida a partir de algunas de sus publicaciones.

Cuentos de Niquía

“Recuerdo a un muchacho en Niquía, un barrio de Bello (Antioquia). Él, está en una terraza viendo gallinazos sobrevolar el cielo, en medio de una situación social muy agresiva, hablo de 1989”.

Habitantes

“Lo relaciono mucho con Kafka, un Kafka en Medellín, en París, en Tunja, es como traer el expresionismo alemán a los cuentos de habitantes”.

El beso de la noche

“Mis enfermedades en Medellín después del regreso de París, me enfermé completamente, es un libro de cuentos enfermos, anómalos”.

Cuaderno de París

“Mí extravío por París, un delicioso y delirante extravío por las calles, parques, iglesias, museos, hoteles y residencias de París”.

La sed del ojo

“Un chico de 9 años viendo por un hueco a una mujer joven, está desnuda y bañándose. Es una novela sobre el voyerismo y por ello parte de esa imagen”.

Lejos de roma

“Nuquí, las playas de Chocó, recorriéndolas y pensando cómo escribir esa novela sobre el exilio de Ovidio en Roma. Nuquí es de alguna manera una proyección de las playas donde Ovidio se pasea lejos de Roma”.

Los derrotados

“De un lado flores, árboles, naturaleza y de otro masacres, violencia y desplazamiento. Es una representación de lo que es Colombia, belleza brutalizada por los bandos”.

Tríptico de la infamia

“Un gato, mi gato Tao, defendiéndome de una mala energía que me echaron en Medellín. Cuando me gané una beca para escribir ‘Tríptico de la infamia’ se dio una envidia y una energía pesada en la capital de Antioquia. Ese gatico lo trasladé a su modo a la novela y por eso la firmo así: Una novela con gato”.

Terceto

“Viajes por los museos, por la literatura, por la música. Es un libro conformado por biografías de músicos viajeros y pintores”.

La escuela de la música

“El frío de Tunja, el viento, el tiempo para leer todos los libros del mundo”. 

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