A orillas del Mar Negro, Luka Modric e Ivan Rakitic tiene una oportunidad de oro para igualar la gesta de la generación dorada de Francia 1998 cuando fueron semifinalistas.
El arranque formidable en el torneo, con su pico de rendimiento en el 3-0 sobre la Argentina de Leo Messi, se empañó con una sufrida victoria en los penales en octavos de final ante Dinamarca (3-2 tras 1-1), en la que su héroe terminó siendo el arquero Danijel Subasic.
Croacia deberá asumir su potencial y salir a buscar el triunfo ante el anfitrión, sabiendo que al dúo dinámico de la medular se suman otros apellidos de clase mundial como los centrocampistas Marcelo Brozovic, Mateo Kovacic, Ivan Perisic o el punta Mario Mandzukic.
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Pero Rusia quiere ser su montaña. Volver a ponerse el traje que usó frente a España, ante la que logró una victoria impensada y que puso a soñar al país desde Moscú hasta Siberia, gracias al ídolo nacional Igor Akinfeev, brillante en la tanda de penales frente a la Roja con dos tapadas monumentales.
Rusos y croatas se miden por primera vez en Copa del Mundo, aunque ya lo han hecho dos veces por eliminatorias de Eurocopa-2008 (dos empates sin goles) y en un amistoso en noviembre de 2015, con victoria 3-1 de Croacia con tantos de Nikola Kalinic, Marcelo Brozovic y Mario Mandzukic, hombres que estarán el sábado en Sochi y ya saben lo que pasar por una montaña rusa.
