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Cuando las críticas superan lo deportivo
Este país es proclive a ver lo malo: Arévalo.
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Colprensa
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Sábado, 15 de Septiembre de 2018

Antes en Colombia había festejo con saber que un ciclista iba a tomar parte en una gran vuelta; ahora hay crítica si el deportista termina la competencia quinto o décimo. Algunos tildan la presentación como fracaso.

En épocas en que el pedalismo perdió vigencia en Europa, las escasas alegrías retumbaban con eco nostálgico por revivir las glorias de antaño. Y llegaron títulos y podios por doquier. Pero a medida que se acumularon los éxitos aumentó la insatisfacción.

Esta situación no es exclusiva de este deporte. “Les hacían ‘bullying’ a mis sobrinas; a mi tía le decían que yo ya no servía para esto, solo por ser subcampeona mundial de atletismo, me decepcioné tanto, que me encerré 3 meses en Apartadó y estuve a punto de retirarme”, expresó Caterine Ibargüen, primera en contar su desazón al ser víctima de comentarios e insultos por su desempeño en 2017.

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Después de aquella confesión, los duros testimonios que recoge esta página hacen un llamado a la reflexión para ponerle un freno a una profunda problemática social, que se agudiza al borrar de la memoria las gestas de aquellos que han engrandecido el nombre del país.

Este país es proclive a ver lo malo: Arévalo

“Una vez, luego de una competencia en China en la que fui descalificado, comenzó la avalancha de críticas. Pero hubo una que se me quedó en la mente: un medio de comunicación abrió una nota diciendo, textual, ‘que era triste, decepcionante y preocupante que un atleta tuviera semejante preparación para acabar descalificado’.

Por un mal día que tuve destrozaron, además, el trabajo de todo el equipo de marcha que había sido bueno en esa competencia.

En deporte de alto rendimiento se trata de llevar el cuerpo al límite y se hace siempre con el objetivo de ganar, pero cuando tienes un mal día lo tienes, como cualquier profesional.

Yo fui campeón mundial el año pasado y este año en el Mundial por equipos me ubiqué 12. Eso no significa que sea malo. Al atleta hay que darle la oportunidad de las caídas, porque, créanme, aprendemos mucho más de estas que de las victorias. 

Pongo tres ejemplos: a Nairo lo critica un periodista que no sabe de ciclismo; a Robert Farah y Sebastián Cabal les menosprecian los triunfos sin un solo argumento tenístico o de contexto; a Esteban Chaves, que ha tenido una historia tremenda, lo quieren sepultar por un bache en la carrera que, incluso lo ha llevado hasta pensar en el retiro.

Yo creo que el conocimiento de la gente y el periodismo se han quedado relegados respecto al crecimiento del deporte. Está bien la crítica, pero que sea una que edifique. Ese sesgo cognitivo que obliga a este país ser proclive a ver lo malo, es necesario cambiarlo desde la cotidianidad. 

Me desentiendo de los comentarios: Carlos Mario Oquendo

“Nunca he cerrado mis cuentas en las redes sociales, pero aprendí a desentenderme de todos esos comentarios malos que hacen allí, a no estar pendiente qué respondieron o cuántas personas vieron lo que publiqué, porque en un pasado me di cuenta que terminaban afectándome.

Ese no solo un error de ahora, también lo será en el futuro, creer que todo el mundo puede opinar sobre lo que le sucede a uno, sabiendo que, al final, cada ser es el que sabe si hizo las cosas correctas o no.

Entendí que la única opinión valedera es la mía, la de mi familia, las de personas importantes, entre ellas mi entrenador.

La gente nunca está satisfecha. Es muy fácil hablar, criticar o señalar; sin embargo, a la hora de la verdad, nadie sabe cómo sucedieron las cosas. Muchos creen que una competencia es fácil.

Me afectó mucho los comentarios que hicieron cuando retornamos de los Olímpicos de Río-2016, en los que no gané medalla como lo había hecho cuatro años atrás en Londres-2012 pero sí mi compañero Carlos Ramírez y Mariana Pajón.

Yo los acompañé al recorrido por la ciudad, a su regreso de los Juegos. Solo quería compartir con ellos, pero hubo gente que criticó el solo hecho de estar ahí presente.

Decían que ‘Oquendo por qué estaba con ellos’, que qué hacía yo ahí si no había ganado nada, que me estaba robando el crédito de los demás, que me bajara de las nubes, que ya había tenido mi cuarto de hora, que dejara disfrutar a los otros…”

Me duele lo que dicen de Nairo: Atapuma

“Por fortuna han sido más los comentarios buenos que malos de la gente en la calle o en las redes sobre lo que, hasta ahora, ha sido mi carrera.

Pero cuando hablan mal de mis compatriotas ciclistas, entre ellos de Rigoberto Urán o Nairo Quintana, después de tanta gloria que le han dado al país, es como si me hirieran a mí, me duele en el alma, porque más que nadie sé del trabajo que debemos hacer para lograr las metas, para brindarle un buen futuro a nuestras familias y, por ende, entregarle alegrías al país con nuestras actuaciones.

Quiénes lanzan esos señalamientos es porque jamás se han montado en una bicicleta, no saben lo que es sufrir, no tienen ni idea lo que se siente montando en una bicicleta por cuatro o cinco horas a diario.

No soy conformista, pero el solo hecho de pertenecer a un equipo -UAE Emirates- del máximo circuito mundial es ya un triunfo, cosas que para el grueso de la gente, no pareciera nada.

Nosotros no somos máquinas, no programamos un triunfo, luchamos para conseguirlo. Y lo hacemos sacrificando muchas cosas y en carretera nos entregamos ante otros ciclistas que también trabajan duro para dar lo mejor de ellos.

Es triste que, cuando no se da una victoria, se desconozca todo el historial que acumula un deportista. Es como si no tuviéramos memoria”.

Es mejor guardar silencio: René Higuita

“Muchas veces me he sentido señalado, vulnerado y hasta agredido por algún comentario que hago en las redes sociales. Hay personas que empiezan a opinar como si tuvieran una gran certeza. Por ejemplo, en el campo político, porque la gente empieza a identificarme como si hiciera parte de un determinado partido, sin entender que mi mejor partido es el deporte.

Si digo que el español Iker Casillas fue el arquero más grande de la historia, y se me olvida decir que el mejor fue el italiano Gianluigi Buffon, no falta quién me empiece a criticar o a ofender de manera descarada.

Uno quisiera respuestas con respeto, pero mucha gente aprovecha cualquier cosita precisamente para darle duro a uno y sacar cosas que no vienen al caso.

Tratar de que la familia o los hijos no vean aquellas respuestas y se alteren es muy difícil controlarlo. Muchas veces me preguntan, ¿papá, usted por qué dijo eso? Y yo, por lo general, les contesto con otra pregunta, ¿qué hay de malo en esa opinión?

Ese tipo de cosas, que despiertan gran preocupación, terminan pegando en la mente de la persona. Por tal motivo no digo nada malo de nadie, trato de hablar siempre lo mejor.

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