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“Egan es una bendición de Dios”

“Niño Maravilla” de la ruta mundial, modalidad a la que llegó hace tan solo tres años.

El chico al que le daban sopa de cangrejo para que adquiriera defensas después de sufrir neumonía siendo bebé, el que en 2018 se fracturó la clavícula derecha y hace dos meses la izquierda, perdiendo, además, en ese accidente varias piezas dentales y la posibilidad de competir en su primer Giro de Italia, hoy será coronado campeón del Tour de Francia-2019.

La hazaña que está a puntos de culminar Egan Bernal es la confirmación del apodo que lleva a cuestas, “Niño Maravilla” de la ruta mundial, modalidad a la que llegó hace tan solo tres años.

Y saber que su padre Germán, convertido ahora en su guía cuando entrena por el país, no quería que Egan fuera corredor para que no padeciera la misma frustración de él cuando intentó ser ciclista profesional y no encontró el respaldo necesario.

El heredero empezó a pedalear a los cinco años en una bicicleta amarilla y a los ocho, en su debut en una competencia en Cundinamarca, fue el ganador. Luego, a los 10, cuando calzaba por primera vez unas zapatillas para competir, la del pie izquierdo se le cayó y sin ella, pero con una ampolla y sangrando, cruzó la meta triunfante.

“Egan es una bendición de Dios, excelente hijo, gran hermano, responsable, soñador...”, contó su madre Flor, quien ya no labora en cultivos de flores o en casas de familia, ni tampoco su esposo como vigilante en el embalse del Neusa, pues con lo que gana su hijo en el ciclismo este les pidió que dejaran de “darle más golpes” a la tierra.

Alimenta su mente

Tal vez Egan anhelaba ver plasmada su firma en periódicos y revistas, escucharse en radio o salir en televisión dando a conocer los hechos que suceden en el diario vivir. Ese sueño como periodista aún no lo cumple y, al contrario, terminó siendo el protagonista de la noticia.

“Sí, lo aconsejamos y apoyamos, pero nunca interferimos en sus decisiones”, coinciden los padres.

La imagen del larguirucho deportista comenzó a ser prioridad en los grandes medios desde hace dos años, no por sus virtudes de intelectual sino porque con sus piernas empezó a escribir páginas doradas en la historia del ciclismo colombiano.

Hace cuatro años tuvo un dilema: continuar sumando kilómetros en bicicleta y esperar la oportunidad de dar un salto de calidad en un equipo importante de ruta, luego de obtener dos medallas –plata y bronce– en Mundiales de ciclomontañismo, o seguir firme con sus estudios de Comunicación Social-Periodismo que adelantaba en la Universidad de La Sabana, en el municipio de Chía.

“Es tan inteligente que su alto promedio en los Icfes (Saber 11°) le permitió recibir un apoyo económico para entrar a esta universidad”, recuerda Pablo Mazuera, promotor de Egan.

Mazuera recuerda que Bernal iba a la universidad en bicicleta. Allí se bañaba y se cambiaba para entrar a clases. Luego volvía a pedalear otros 20 kilómetros, de regreso a Zipaquirá, donde vivía con sus papás: “Le encanta el estudio y ama el ciclismo, pero le quedaba pesado hacer las dos cosas a la vez a ese alto nivel. Puso esas prioridades en una balanza, y prefirió perseguir sus sueños en la cicla”.

María Inés Díaz, directora de estudiantes de la Facultad de Comunicación de La Sabana, asegura que Egan Arley siempre se mostró como un estudiante esforzado, disciplinado, sencillo y colaborador, que dio lo mejor.

“La educación fue la mejor herencia que recibí de mis padres. No nací multimillonario, sé de dónde vengo, por eso tengo presente que la humildad tiene que primar más allá de un gran resultado”, le afirmó Bernal, amante de la literatura, a este diario. “Leo unos cuatro libros al año, me encantan las novelas del escritor John Katzenbach”, agregó.

Bastante sensato

En un deporte incierto, los pronósticos que algunos expertos lanzaban frente al corredor colombiano comienzan a hacerse realidad. “Es el campeón del futuro. No solo tiene condiciones físicas, también una cabeza bien puesta”, comentaba el italiano Gianni Savio, director deportivo del Androni Giocattoli, equipo en el cual Bernal dio su salto a Europa en 2016.

Pero el colombiano, que ganó el Tour de l’Avenir 2017, vitrina francesa en la que se muestran las próximas figuras del pedalismo, siempre ha mantenido la compostura y los pies sobre la tierra frente a los augurios.

“Es un elogio cuando pronostican cosas tan buenas para mí, pero no pienso en ello porque termino creyéndomelo y pasa lo contrario. Si las piernas no me dolieran, pensaría que esto es muy fácil”, dijo.

Su disciplina, vital

Su primer entrenador, el exciclista Fabio Rodríguez, asegura que desde que empezó a dirigir a Egan, a los ocho años de edad en la escuela de Zipaquirá, siempre le vio condiciones y valores para escalar alto.

“Es que si bien era un niño normal, había detalles con los que hacía la diferencia: disciplina, trabajo, constancia, responsabilidad y humildad, y eso que primero no le mencioné su fortaleza física, mental y sicológica”.

Dos años mayor que él, Xiomara Guerrero, ciclomontañista de la que Egan se enamoró y a quien conquistó con palabras bonitas y de aliento cuando ella tenía alguna adversidad en su deporte y a la que muchas veces llevaba a casa en su propia bicicleta, comentó: “Egan siempre lucha por lo que quiere, no se rinde, es demasiado profesional”.

Muy maduro

Bernal viene logrando grandes triunfos de forma acelerada. Es como si a sus 22 años ya tuviera la madurez que se requiere en una disciplina tan exigente.

Posee tanto potencial que el nacido en Bogotá y levantado en Zipaquirá renovó el contrato por cinco años –hasta 2023– con el Team Ineos, algo pocas veces visto en la considerada escuadra más poderosa del mundo, y que hoy, con el colombiano, alcanzará su séptima corona en los últimos ocho años del Tour.

“Queremos que se convierta en el próximo Chris Froome”, comentaba recientemente, en charla con EL COLOMBIANO, el francés Nicolás Portal, director deportivo de este elenco. “Egan es fuerte, serio, con mentalidad ganadora y, sobre todo, respetuoso”.

Portal también afirmó que no fue prematuro que a los 21 años Egan estuviera compitiendo en su primer Tour de Francia, en 2018.

“En absoluto, físicamente se notó que podía. Jamás hemos querido quemar al deportista, después de que hizo su trabajo estuvo en el grupo tranquilo. La verdad, para su edad, es bastante maduro, su cabeza es muy fuerte”.

Ponderaciones hacia una estrella del pedal que supo sortear los obstáculos y que hoy, gracias a sus atributos, brilla con luz propia. Egan, el hombre que tiene sorprendido al mundo del ciclismo por su calidad.

Padres y hermano, su gran tesoro

 

Flor y Germán, padres de Egan, cuentan que su hijo mayor siempre cumplió al pie de la letra las obligaciones en el hogar, y que fue un gran soporte para ellos. Desde que era más joven, Egan adquirió el valor de la responsabilidad, tanto que, su hermano Ronald lo veía como un papá y lo llamaba “pasote”.

“Cuando este era pequeño yo pasaba mucho tiempo con él porque mis padres iban al trabajo. Le cambié tantos pañales que no quiero ni recordarlo. Entonces me llegó a decir papá. Yo le respondía que era su hermano. Ya empezó a decirme ‘pasote’, como papasote, como el papá grande. A él le digo que los sueños se pueden alcanzar desde que uno se lo proponga, sin importar las adversidades”, indicó Bernal.

Verdadero amigo

El corredor Brandon Rivera, oro en los Olímpicos de la Juventud en Nankín-2014 y que comenzó su carrera en el ciclismo a los 8 años de edad con Bernal, expresa que, más allá de los títulos, valora de Egan su honestidad y amistad. “Nunca, en mis momentos más duros en el deporte, me dejó solo. Jamás me dejó caer. Me daba mensajes positivos, de que podía salir adelante y que era normal que en la vida uno pasara por etapas de crisis. Siempre creyó en mí. Somos muy parceros. Su carácter es ejemplar. Sabe lo que quiere y lucha hasta conseguirlo. La única rivalidad que teníamos era solo deportiva. Uno no puede describir la magnitud de lo que está logrando, pero su amistad es pura”, comentó ayer Rivera.

Compañero leal

Con hechos, Egan Bernal pone en práctica sus palabras. Pese a que en los pronósticos era uno de los favoritos al título del Tour, por encima de su compañero y último campeón de la carrera, el inglés Geraint Thomas, jamás se saltó los conductos regulares de su equipo Ineos y no desautorizó a sus jefes. “Vine al Tour como gregario de Thomas”. Y lo cumplió hasta que la carretera delató cuál de los dos era más fuerte. Solo cuando el gerente del cuadro inglés, Dave Brailsford, le dio la orden de atacar, lo hizo, pero antes siempre estuvo defendiendo a Geraint. Al final ambos celebran, pues el colombiano es primero y el británico, segundo, confirmando que en esta escuadra prima la unión sin importar quién triunfe.

Amoroso e inteligente

Es tan fuerte la mentalidad que tiene Bernal, que desde que partió hacia Europa, a los 19 años, mostró carácter, responsabilidad, entrega y dedicación. De la mano de su novia Xiomara Guerrero, quien meses después aceptó la petición de acompañarlo a vivir en Italia, salió adelante. Con ella ha construido una linda relación, tanto que salen juntos a entrenar. De otro lado, además del ciclismo, Egan tiene otra prioridad, superarse como persona. Aunque dejó sus estudios de Comunicación Social-Periodismo por el deporte, comenzó a ver clases de inglés e italiano, idiomas que prácticamente domina. Leer es otro de sus pasatiempos y aunque no sabe bailar mucho, dice que se acomoda a cualquier clase de música.

Figura

Egan Bernal tiene mentalidad de ganador. Así lo demostró desde que inició en el deporte en 2011, específicamente en el ciclismo de montaña. En esta modalidad, dos años después, fue campeón panamericano en la categoría cadete, en Tucumán, Argentina; latinoamericano en Catamarca, Argentina, y nacional en Colombia.

Así mismo, logró medalla de plata, en júnior, en el Mundial en Noruega, en 2014; y en el Mundial de 2015 en Andorra, obtuvo el bronce.

Ese aprendizaje del ciclomontañismo lo puso en práctica en la ruta. “Quiero marcar historia en el ciclismo. Por eso trabajo fuerte, con responsabilidad y disciplina”. Y esos propósitos ya los empezó a escribir.

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AFP
AFP
Domingo, 28 de Julio de 2019
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