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José Á. Portilla, el Sensei que trajo el yudo a Cúcuta
El pamplonés fue cofundador de la Federación colombiana de este deporte.
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Omar Romero - Periodista de Deportes
Omar Romero Güiza
Lunes, 21 de Septiembre de 2020

El deporte nortesantandereano se ha destacado por tener representatividad en todos los campos, sea en el orden nacional o internacional, dejando huella.

Los grandes responsables de ello son presidentes de las Ligas y sus entrenadores, quienes de una u otra manera han llegado el deporte por colaboración, por pasión y por amor que le han tomado a esa disciplina.

Es el caso de José Ángel Portilla Bermúdez, un pamplonés, quien fue uno de los precursores de la Federación Colombiana de yudo y fundador de  la Liga de yudo en Norte de Santander, de la cual también fue entrenador en primera instancia y más adelante presidente por un largo tiempo, hasta que se retiró.

Antes de incursionar en esta arte marcial oriental, fue atleta de lanzamientos, pero su vocación era el yudo.

Apasionado

Portilla Bermúdez, hoy con 78 años, exadministrador de empresas, en su época de deportista, compitió en diversos certámenes dentro y fuera del país, destacándose con buenas actuaciones.

Su máximo nivel en el yudo fue cuarto dan cinturón negro.

Hoy, jubilado y residente en la capital nortesantandereana, este hijo de la Ciudad Mitrada, se siente orgulloso de haber creado la Liga, de la cual varios deportistas han mostrado su talento con el legado que dejó para las generaciones de su momento.

“Tuve la oportunidad de practicar el yudo cuando estudié en la universidad en Bogotá, por allá en 1965, con un instructor japonés que se llamaba Isamu Matsuyama, con el que trabajé dos años.

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“Después que salí de la universidad, en Bogotá, fundé una academia de artes marciales, especialmente para enseñar el deporte del yudo, en 1968 más o menos, y ahí tuvimos la oportunidad, profesores como les que le cuento (Matsuyama y Sun Oh), hasta ese momento no existía la Federación Colombiana de yudo, pero sí hacíamos intercambios con la Liga del Valle del Cauca, Antioquia, además, en Venezuela, particularmente en San Cristóbal, en el estado Táchira”, recordó el profe Portilla.

También sostuvo que el yudo colombiano en sus comienzos, en Bogotá, contó con la participación de gente del extranjero, sobre todo franceses y alamanes que frecuentaban esas tierras.

Ya para 1969, se crea la que es hoy la Federación Colombiana de yudo y seguidamente la Liga de Bogotá, de la que fuera presidente, mientras que en la federación ejerció el cargo de secretario general.

Nace la Liga de Norte

¿Pero cómo nace la  Liga departamental en Norte de Santander? Pasado el tiempo, José Ángel Portilla que trabajó por muchos años con Caprecom (la desaperecida Caja de Previsión Social de Comunicaciones), fue traslado en la década de los 80 a Cúcuta y para no perder esa goma con el deporte, se dio a la tarea de fundar la Liga de Yudo en esta región, que dirigió durante un año, pues la empresa para la que laboraba no le permitía estar todo el tiempo.

“A mí me trasladan para Cúcuta y después de instalarme en mi casa, lo primero que hice fue buscar un lugar donde practicar el yudo y encontré un sitio, donde quedaba la vieja piscina olímpica, hoy (el complejo acuático, contiguo al estadio General Santander).

“Allí conocí a unos practicantes como Rafael Contreras, Javier Orozco (papá de Johana Orozco), y Jesús Albarracín, entre otros, a quienes les enseñé las técnicas del yudo y hoy todas esas experiencias que dejé, se ven reflejadas con los resultados que le ha dado el yudo a Norte de Santander”, comentó Portilla.

Buen futuro

Aunque han pasado 40 años, la satisfacción de Portilla es que la liga sigue vigente, pese a que ha tenido momentos difíciles, pero continúa batallando y mostrando nuevos talentos, como Valentina Rubio, Nayerli Pajoy, Brayan Orozco y una camada de niños, que son entrenados por el Sensei venezolano Edgardo Gómez.

Además, el yudo nortesantandereano hace porte un programa del Ministerio del Deporte, que inicialmente se denominó Centro de Desarrollo Regional (Cender), con el extinto Coldeportes y es la reserva deportiva del futuro.

Portilla indicó que con Johana Orozco, la primera yudoca colombiana en participar en unos Juegos Olímpicos, Atenas 2004, la liga está en buenas manos.

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“Hay que dejarla trabajar, ella es entusiasta y la liga está en buenas manos”, subrayó.

El pamplonés señaló que antes de la pandemia tuvo la oportunidad de ir algunas veces al coliseo menor Eustorgio Colmenares Baptista a ver entrenar a las nuevas generaciones del yudo rojinegro, al que le augura un buen futuro al deporte que lo enamoró toda la vida.

 Tras su paso como técnico también ofició como árbitro internacional.

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