La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile

La primera judoca colombiana en los Olímpicos

 Johana Orozco Pallares se puso el kimono para pisar la zona de combate en Atenas 2004. 

En la historia del judo colombiano quedó grabado el nombre de una nortesantanderana que por su buen rendimiento llegó a representar al país, por primera vez, en unos Juegos Olímpicos. Con tan solo 17 años, Johana Orozco Pallares se puso el kimono para pisar la zona de combate en Atenas 2004. 

Orozco desde 2007 a la actualidad, ha venido desempeñándose como presidenta de la Liga de Judo de Norte de Santander buscando potenciar un deporte que en los últimos años ha sacado la cara por el departamento en los Juegos Nacionales. 

En diálogo con La Opinión, la ex judoca charló de su trasegar en el deporte que le ha dado a Colombia dos medallas olímpicas. 

¿Cómo fueron sus inicios? 

Mi padre era entrenador de judo. Uno siempre trata de imitar lo que hace el padre. Yo lo acompañaba a los entrenamientos cuando estábamos instalados en la piscina olímpica, donde hoy es el complejo acuático, pero no participaba y entrenaba natación. 

Luego a los cinco años empecé con el judo pero era muy llorona y le pedía a los demás compañeros que por favor me trataran suave, que se dejaran lanzar y no me consideraba buena. 

¿Cómo descubrió que lo suyo era estar en una zona de combate y no en una piscina? 

A los ocho años me llevaron a mi primer campeonato. Fue en Aguachica, César, y yo era la única niña de todo el torneo. Competí con niños, gané y empecé a darme cuenta que era buena. 

Seguí entrenando y un año después fui a mi primer Nacional infantil que se disputó en Bogotá obteniendo un tercer puesto. Ese mismo año se disputó otro en Medellín el cual gané. 

Después de esos triunfos fui a un campeonato centroamericano en República Dominicana en 1995 el que también gané en la categoría infantil. Tras esos resultados arranco proceso de competencias de alto rendimiento aumentando las cargas de los entrenamientos pues cada vez había más competencias. 

¿Qué logró en el alto rendimiento?

Siento que abrí las puertas al judo colombiano al ser la primera mujer en clasificar a unos olímpicos. Fui campeona en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de El Salvador 2002 con 15 años, gané medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003, ese mismo año tuve unos en los Juegos en Salvador (Brasil)  con 16 años siendo catalogada como la mejor deportista del evento, fui campeona Sudamericana en Buenos Aires 2006 y en general siento que fue un paso exitoso por todas las categorías.

¿Cómo era el trato en la Selección?

Fue muy bueno pues la única persona que deba resultados era yo. Pienso que mostré al departamento como un lugar donde se hacía historia con el judo femenino. Un lugar donde todas las categorías femeninas era muy fuertes y pues por ellos nos tildan de muy buenos.  

Luego de eso se abrieron puertas para el judo nortesantandereano. Hoy en día, tenemos las mejores judocas del país.

¿Cómo se dio la clasificación a los olímpicos?

Anteriormente las clasificaciones arrancaban dos años antes. Por continente se hacían unos clasificatorios por categorías. Clasifiqué como la número uno de América con tan solo 17 años tras puntear por dos años en el continente ganando medallas en los Panamericanos y Centroamericanos. Estar entre las 24 mejores del mundo fue un orgullo para mí.

¿Qué dejó la experiencia en Atenas 2004?

Fue algo increíble. Compartir en la villa olímpica con Roger Federer, Rafael Nadal, Serena Williams y los mejores del mundo era algo indescriptible. 

En ese tiempo Grecia estaba entrenando a la Unión Europea y había un contexto extradeportivo interesante. Recorrer Atenas fue maravilloso por su arquitectura, su historia y todo lo que significaba al ser el lugar donde se disputaron los primeros Juegos.

Vea También: Froome: 'se puede organizar el Tour sin público'

En lo deportivo gané un combate y perdí uno. Fui la deportista más joven de la delegación colombiana. 
 
¿Qué pasó después de los Olímpicos?

Competí cuatro años más. En ese 2004 se disputaron los Juegos Nacionales en Bogotá, por mis resultados y por participar en los olímpicos esperaba ser abanderada del departamento pero no fue así y me sentí un poco decepcionada. 

Gané medalla y el premio dado fue decepcionante; eso me motivo a irme a la Selección de Bogotá pues sentía que aquí era muy poco valorada mientras que en la capital me brindaban muchas garantías para estar bien.

¿Qué opina de Yuri Alvear, la judoca doble medallista olímpica de Colombia?

Es una referente del judo nacional. Pasará mucho tiempo para que vuelva aparecer otra deportista como Yuri. 

Ella tiene algo muy particular y es que empezó su carrera muy tarde. A los 12 años no se le augura un buen futuro pero ella venía con capacidades deportistas muy buenas. La genética, no falla. Ella tiene un biotipo de deportista. 

¿Cómo se da su retiro?

A mis 22 años sufrí una lesión de ruptura de ligamentos en uno de mis codos. Me hicieron la reconstrucción, cumplí con mi etapa de recuperación,  volví a competir en un campeonato de mayores, quedé campeona, sentí que mi cuerpo ya me pedía el retiro y lo hice. 

¿Qué siguió?

Estando en Bogotá, en 2007, me llaman para venir a reorganizar la Liga de Judo. Acepté presidirla pues era un reto interesante

¿Qué encontró en la Liga de Judo?

Había solo tres deportistas y una liga totalmente abandonada. Tenía muchas deficiencias. No había organización ni estructura. Empecé a reorganizar cambiando de entrenador. Llamé al sensei Edgardo Gómez quien fue el seleccionador olímpico de Venezuela. Siento que tenía que estar con alguien diferente el cual tuviera visión para la liga. Busqué gente de confianza para lograr el crecimiento de los deportistas y llegar a pensar en el alto rendimiento. 

¿Cómo hicieron para pasar de tres a los 68 judocas que hay hoy en día? 

Siempre pensamos en que el que llegara aquí se le debía ver primero como ser humano más allá del deportista que me puede sumar medallas. Hay que verlos como ciudadanos que deben aportar a la sociedad, si los vemos como objetos de medallas no va a pasar nada. 

La estrategia fue llegar a los colegios para motivar a los chicos con los Juegos Supérate Intercolegiados, que a los ganadores les da becas universitarias. Fue así como los colegios motivaban a sus estudiantes a unirse además de la formación que se daba en la liga.

También los resultados nos respaldaban para atraer a nuevos judocas. 

¿Cómo están entrenando actualmente? 

Actualmente tenemos a dos entrenadores. Armando Maita y Edgardo Gómez. Estamos trabajando en los entrenos virtuales con tres jornadas al día. 

Ayer inauguramos el primer entrenamiento con los chicos de las ligas de Valle del Cauca, Antioquia, Chocó, Santander y Quindío. 

¿Qué viene para el futuro del judo nortesantandereano?

Buscaremos que Maryuri Ureña, Nayerly Pajoy y Valentina Rubio (deportistas que han obtenido melladas en campeonatos nacionales) vayan a los Juegos de París 2024 y queremos en Los Ángeles 2028 conseguir la primera medalla olímpica para Colombia dada por Norte de Santander. 

Las denuncias que hizo el año pasado sobre la indumentaria de Norte en los Juegos Nacionales, ¿en qué quedó eso? 

Eso quedó en la Procuraduría y pienso que no pasó a mayores. 

En el deporte es tan fácil justificar que la gente se roba la plata. Es muy triste. A mí me señalan de muchas cosas pero no tenemos beneficios apartes como otras ligas. A nosotros no nos dieron contratos. 

Es mejor hablar con resultados deportivos y exigir que apoyen a las ligas que dan resultados.

Image
Gustavo Contreras
Gustavo Contreras Sabogal
Lunes, 4 de Mayo de 2020
Premium-home
Patrocinado por:
Logo Empresas
Temas del Día