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Economía
Aceites de lombriz y cannabis artesanal
Los productos se comercializan en Norte de Santander. 
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Miércoles, 16 de Mayo de 2018

Con más de 10 años criando codornices en la finca La Primavera, del corregimiento Juan Frío, Antonio José Valencia, descubrió que había un mercado alterno detrás de la venta de los huevos de las aves.

Después de algún tiempo entendió que los residuos que dejan las codornices tenían potencial para la producción de abono, el cual podía vender a muchas personas con diferentes fines, eso fue en 2014. Hoy,  tiene 5.000 codornices que se alimentan diariamente de 3 bultos de concentrado.

Como muchas de las personas que se dedican a este negocio, sostiene la renta de la alimentación de sus aves a través de la venta de los huevos. Sin embargo, vendiendo abono pudo encontrar mayores ganancias y lo que inició con la producción de unos cuantos kilos, ya va en  2 toneladas (2.000 kilos) al mes.

A su vez, el abono o fertilizante se convirtió en criadero de la lombriz roja californiana, la cual es apetecida para la elaboración de productos como el aceite,  por estar conformada en su mayoría de colágeno y tener entre otras propiedades la recuperación de quemaduras, cicatrices y osteoporosis. 

En 2016 el negocio volvió a dar un giro y  este campesino de 74 años de edad encontró un aliado estratégico que le compra también el abono en su gran mayoría, para el aprovechamiento de las lombrices.

Fundación agroempresarial

La Fundación para el fomento Agroempresarial (Fomagro), liderada por el ingeniero agrónomo José David Martínez, que trabaja en pro de la comunidad a través de diferentes iniciativas sociales, encontró en Valencia una forma de ayuda mutua.

Para financiar los gastos que representan sus proyectos, la fundación comercializa entre otros productos, variedades de aceites con fines medicinales, entre ellos el de lombriz, que es elaborado artesanalmente por Martínez.

Detrás de este negocio, hay una filosofía de ayuda a la población rural, que no tiene los medios ni los canales para comercializar los productos.

Por eso, Martínez decidió unir esfuerzos con Valencia y comprarle el abono o (humus) de lombriz roja californiana que produce en su finca, a su vez que lo capacitó en lombircultura.  A partir de esto, el ingeniero agrónomo empezó su proceso de fabricación.

Las lombrices son llevadas a un cuarto donde no les de la luz del sol, ni de un bombillo, para ser seleccionadas una por una con el fin de identificar las más grandes.

Luego de cosecharse, las alimentan con pan humedecido con agua y se dejan en un recipiente para  que coman durante tres días con el fin de que limpien su organismo de bacterias.

Finalmente se sacrifican y se elabora el aceite.

Por cada kilo de lombrices limpias, sin el sustrato donde se sacan, se obtiene una concentración de 300 mililitros de aceite altamente concentrado.

Además de Antonio, Fomagro trabaja con otra familia a la que también capacitó en la lombricultura y le compran los insumos.

Aceite de cannabis, un producto 

Martínez también prepara artesanalmente aceite medicinal de cannabis (marihuana) bajo el registro del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima).

Además del registro Invima para comercializar el producto, Fonagro cuenta con los permisos para que cada asociado interesado siembre 5 plantas.

Hoy en día Martínez es el único de la fundación que tiene las plantas, porque algunas personas que intentaron sembrarlas con fines terapéuticos, temen por cuestiones de seguridad.

Sin embargo, Martínez aseguró que la variedad de planta que usa para elaborar los aceites no es la cannabis sativa, que tiene alto contenido de Tetrahidrocannabinol (THC) y se cultiva de manera ilícita.

Explicó que las variedades que maneja las trajo de la comunidad indígena nasa o paez, que habita en el departamento del Cauca.

Dichas variedades tienen THC en menor concentración y mayor concentración de cannabidiol (Cbd) que no es psicoactivo y se considera que tiene un alcance más amplio para aplicaciones médicas. 

Luego de que la planta da la cosecha, se secan los cogollos y se elabora el aceite de manera casera.

Martínez aseguró que el proceso de extracción de cannabis tarda cerca de 5 a 8 horas y las cosechas se dan cada 90 días.

Desde el momento en que se adquiere la cosecha, el proceso de secado tarda de tres días.

Cada planta de variedad índica puede producir entre 150 a 200 mililitros de aceite.

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