Los conductores de carga pesada se han visto beneficiados con el aumento de la demanda de carbón y el alza del precio del mineral, pues los fletes desde Norte de Santander al puerto de Barranquilla, Atlántico, tuvieron un aumento de 33% el año pasado.
De acuerdo con un transportador, el servicio pasó de $120.000 a $160.000 y $170.000 por tonelada, aunque precisó que de regreso mucho prefieren no esperar a que les salga una carga y regresan vacíos, porque el precio del flete se baja a la mitad y solo les pagan $80.000.
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“Están pagando muy barato y la mayoría de los conductores prefieren volverse vacíos para llevar otro viaje de carbón hacia la costa. El que puede cargar de regreso lo hace, como para conseguir el dinero de los gastos”, precisó.
Leonardo Méndez, director regional de la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera (Colfecar), expresó que el sector se ha beneficiado de la dinámica internacional que ha tenido el carbón. “La misma demanda llevó al alza de los fletes”, enfatizó.
¿Alza de combustibles afectará?
Respecto a la subida de los precios de la gasolina y del ACPM, cuyo galón quedó en promedio en $10.167 y $9.065, respectivamente. Méndez indicó el gremio está a las expectativas de lo que pueda suceder. Para el caso de Norte de Santander, estos combustibles están en $8.575 y $7.089.
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Para la Federación de Transportadores de Carga (Fedetranscarga), el alza de los hidrocarburos y del Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT) incrementará los costos operativos del sector transporte entre el 40% y 45%, los precios de los fletes y los productos de la canasta familiar.
Arnulfo Cuervo, vicepresidente de Fedetranscarga, indicó que sin el subsidio que da el Fondo de Estabilización de Precios al Combustible (FEPC) costaría $25.000 en promedio el galón de diésel, “haciendo inviable la operación”. Por esto, el gremio propuso al Ministerio de Transporte no aumentar los peajes o la inclusión del sector en el Decreto N°2497 de 2022, para un descuento en el SOAT.
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El economista Alexander Botello, profesor de la Universidad de Pamplona, manifestó que la subida de los combustibles y del salario mínimo influye directamente en el costo de miles de productos y mercancías y, por ende, en el costo de vida de la ciudadanía.
Con el alza de la gasolina y el ACPM, los fletes pueden aumentar e impactar los precios de los alimentos, debido a que la mayoría de mercancías de este país se transporta por carretera. Recordó que gran parte de alimentos y productos que se consumen en Norte de Santander no se producen en la región, por tanto, podría significar aumentos en los precios.
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