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Economía
Apicultura en Norte de Santander, sin proyectos de preservación a la vista
En la región la gran mayoría de apicultores trabaja individualmente y falta organización en la actividad.
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Katherine Villamizar Leal
Miércoles, 8 de Mayo de 2019

Se dice que sin las abejas la humanidad tendría graves problemas de nutrición porque gracias a la polinización se produce un centenar de frutas y vegetales como el aguacate y la maracuyá.

Y es que más allá de la producción de miel para el consumo humano, esta especie tiene un papel preponderante en el cambio climático.

Recientemente, el Instituto Watch, organización de alcance global sobre investigación en medio ambiente, declaró a las abejas como la especie más valiosa del planeta pues 70 de cada 100 productos que se consumen dependen de su intervención. 

Sin embargo, en Norte de Santander, en los últimos dos años, las instituciones gubernamentales no han impulsando iniciativas para respaldar y preservar la actividad de la que dependen cientos de familias.

Se estima que en la región, la cifra de apicultores ronda las 300 o 400, sin embargo, la gran mayoría trabaja individualmente y falta organización en la actividad.

Según la secretaría de Desarrollo Económico departamental, el último proyecto en este subsector se ejecutó en 2016 y 2017.

La Organización de Naciones Unidas (ONU), junto a la Cooperativa Multiactiva de Producción y Comercialización de Sardinata (Cooprocosar), viene desarrollando un trabajo de capacitación para que los campesinos adopten la cultura de la conservación de los bosques y se vinculen a la apicultura.

Leonardo León, representante legal de Cooprocosar, explicó que en todos los municipios del departamento hay apicultura, pero la mayor debilidad es la falta de asociatividad.

“El apoyo de las instituciones se hace a veces difícil por estar dispersos y sin formar una empresa donde se puede presentar proyectos que ayuden y beneficien tanto al apicultor como al medio ambiente”, dijo.

Según León, a pesar de que el gobierno departamental ayude, no se notan los proyectos por que no están agremiados.

El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural dijo que la apicultura es una actividad sostenible gracias al servicio de polinización que brindan a las plantas para la producción de frutos y semillas.

“Actualmente se trabaja en conjunto con el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) en el registro de productores apícolas, el cual permitirá identificar a los productores e iniciar con el desarrollo de estrategias de control sanitario para aumentar la productividad de las colmenas y la salud de las abejas. Así mismo, se trabaja en la elaboración de las buenas prácticas apícolas y en el reglamento técnico para miel de abejas”, explicó.

Otras de las actividades que se han venido ejecutando, según el Ministerio, en conjunto con el ICA y la ANDI, son las capacitaciones a agricultores y a profesionales del sector agrícola sobre la importancia de las abejas y de los apicultores para la productividad de los cultivos y la seguridad alimentaria del país. 

También se ha trabajado en la conformación de comités departamentales de la cadena en Sucre, Córdoba, Antioquia, Boyacá, Cundinamarca y Cauca. 

A futuro, explicó que se piensa en continuar con las actividades de capacitación a agricultores, el fortalecimiento de las capacidades productivas de los apicultores por medio de formación en sanidad, nutrición y mejoramiento genético de las abejas.

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Especies trabajadoras

Cada abeja tiene una función específica. Primero está la abeja reina, su principal tarea consiste en poner huevos y las abejas obreras se encargan de alimentarla. Las celdas que son construidas por las reinas son llamadas realeras y su tamaño es mayor al de las demás. Esas larvas son alimentadas con jalea real con el fin de que sea fértil y su tamaño las diferencie de las abejas normales. Cabe señalar que tan solo una abeja reina puede habitar una colmena.

Una vez ha nacido, la reina es fecundada por los zánganos para que en el transcurso de su vida deposite huevos en las celdas a fin de que nazcan nuevas abejas obreras.

La abeja reina puede tener un periodo de vida de hasta cinco años y es respetada por el resto de la colmena. Son sustituidas de forma natural entre la misma colmena. 

Producción de miel 

Fabio Diazgranados, presidente de Fedeabejas, explicó que en Colombia, el 90% de los apicultores tiene apiarios tipo, es decir, aquellos que poseen en promedio 20 colmenas.

“No hay apicultura intensiva en el país, son contados los que son grandes apicultores, aquellos quienes tienen más de 500 colmenas. En Colombia se hace apicultura campesina, conjuntamente con otras actividades del campo, eso forma parte de lo que significa el gran complejo agrícola del país”, dijo.

Ahora bien, en 2018 murieron 2.500 colmenas en el país, por lo menos esa fue la cantidad reportada por los apicultores, el gremio afirma que pudo ser una cifra mayor.

Los municipios más afectados fueron Córdoba, Valle del Cauca y Meta. Aquí surgen dos inconvenientes: el primero es que no todos los apicultores están registrados por la actividad económica que ejercen y eso ocasiona que no haya una radiografía exacta de la apicultura en el país. Además, el sistema actual para reportar las cifras de muerte de abejas es un poco complejo para quienes hacen parte de este eslabón.

El segundo problema que se detecta a raíz de la muerte de estas colmenas es el uso de insumos agroindustriales en los cultivos aledaños a las colmenas.

El sector apícola cree que se debe ampliar el espectro. La apicultura genera casi 3.000 empleos directos y 6.000 indirectos. Además, es una labor que puede ser desarrollada en conjunto con otras actividades del campo. Lo importante es cercar muy bien la zona donde ubique el apiario a fin de garantizar la seguridad del entorno, en especial si tiene animales a una distancia corta.

En el mundo hay 20.000 especies de abejas. En Colombia, tan solo 600 han sido identificadas. La mayoría son abejas solitarias. Las otras son de tipo apis melifera, además de las abejas nativas que llevan años aquí.

En Colombia cabe una producción de un millón de colmenas y solamente hay 112.437 colmenas a corte de 2018.

Fuente: Bogotá (Colprensa)

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