El 2018 fue un año complejo para los caficultores colombianos por causa de una cosecha en Brasil de 60 millones de sacos que ocasionó un excedente en la oferta del mercado mundial de 3,1 millones de sacos.
El precio internacional, entre octubre de 2017 a septiembre de 2018, promedió los 1,11 dólares por libra, 21 centavos por debajo de los 1,32 dólares del mismo periodo de tiempo de 2016-2017.
Para Roberto Vélez Vallejo, gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), el mayor reto del gremio es apuntarle a la rentabilidad.
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Durante la presentación del informe de gestión, Vélez Vallejo informó que el país produjo 13,8 millones de sacos, un decrecimiento de 5,54% comparado a los 14,6 millones del año cafetero anterior.
La caída de los precios impactó el valor de la cosecha, el cual se ubicó en 6,47 billones de pesos, cifra 19% inferior a la del año anterior, cuando el país superó los 8 billones de pesos.
Teniendo en cuenta la coyuntura, Vélez Vallejo resaltó que la caída del valor pudo haber ocasionado una crisis en los municipios cafeteros del país y en las regiones donde el grano tiene un papel fundamental en la economía.
Para contrarrestar la situación actual, el gremio le apuntó a la renovación de cafetales, la cual permitirá asegurar las cosechas de los próximos tres años y que se estima alcance entre 80 a 82 mil hectáreas renovadas, cifra cercana a la meta que se tenía para el 2018 de 88 mil hectáreas, equivalentes a un 10% de la cosecha nacional.
Peticiones
El gerente de la Federación anunció que durante el Congreso Nacional de Cafeteros le pedirán al gobierno que el pasivo pensional de la Flota Mercante Grancolombiana, con un costo anual de 55 mil millones de pesos que están a cargo del Fondo Nacional del Café, sea cubierto por el Estado.
Otra de las peticiones será que se le permita a la Federación manejar los 100 mil millones de pesos donados como incentivo, de los que hasta la fecha se han usado solo 5.000 millones.
Además, el gremio insistirá en las inversiones para vías terciarias, las cuales restan productividad a muchas regiones del país.
