El proyecto de ley Ana Cecilia Niño, que busca la prohibición del asbesto, superó su primera prueba en el Congreso el pasado miércoles, cuando fue avalado en primer debate. De llegar a aprobarse esta reglamentación, Colombia se convertiría en el quinto país de la región en prohibir el uso de este mineral, luego de Argentina, Chile, Uruguay y Honduras.
Los peligros del asbesto fueron advertidos a finales de la década de los 70, pero el debate llegó a Colombia hasta 2014, cuando Ana Cecilia Niño, luego de ser diagnosticada con mesotelioma pulmonar, decidiera agrupar a las víctimas de este mineral en un movimiento llamado Colombia sin asbesto.
Niño culpó de su enfermedad a Eternit, empresa que tiene una planta de fabricación de tejas en el barrio Pablo Neruda, cerca a Sibaté, Cundinamarca. En esta zona también hay un relleno con los desechos de la empresa y se regalaron tejas compuestas con asbesto a varios vecinos, de acuerdo con Guillermo Caez, abogado defensor de 18 víctimas.
Entre las empresas involucradas en este negocio también están: Incolbest, Toptec, Cementos Titán y Manilit. La Asociación Colombiana de Fibras (Ascolfibras) Ascolfibras ha manifestado que la fabricación de fibrocemento con crisotilo, el tipo de asbesto más común en Colombia, es completamente seguro y por eso está autorizado en el país y su industria.
La afirmación contrasta con las evaluaciones de la Organización Mundial de Salud y el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (Ciic), las cuales aseguran que el crisotilo causa cáncer de pulmón, laringe, ovario, mesotelioma y asbestosis.