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Comercio y restaurantes deben ajustarse a la Ley de Licores

La nueva norma tiene por finalidad combatir el contrabando en este rubro.

En un extenso debate y luego de varios intentos por cambiar la iniciativa del Ministerio de Hacienda, incluso al punto de modificar por unas horas el impuesto a las cervezas, fue aprobado en el Senado el proyecto de Ley de Licores.

Pese a algunas modificaciones, como la salvaguarda para la introducción a los departamentos de aguardientes y rones, la diferenciación en los impuestos del vino (específico de $150 y ad valorem de 20%), la propuesta quedó tal como la había presentado el Gobierno.

Ahora, el reto viene para el comercio y los restaurantes, que deberán acomodarse a estas nuevas tarifas y enfrentar factores como la sustitución del mercado y el contrabando, como lo han advertido tanto los gremios como la industria de bebidas.

El presidente de Fenalco, Guillermo Botero, reconoció que haberle dado al vino una diferenciación con el resto de bebidas es positivo, pero aseguró que el Gobierno “no puede ver un sector al que no quieran grabar con impuestos indirectos, lo que no respeta dos premisas de la tributación que son la equidad y progresividad”.

Tampoco hay que dejar de lado los posibles incrementos del IVA que podría traer la reforma tributaria, lo que de acuerdo con la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodres), va a hacer más costosa la sobremesa en los restaurantes y el resto del consumo.

Su presidenta, Claudia Barreto, aseguró que “el consumidor estará en la expectativa de saber cuánto pagará al final de sus comidas y hay que decantar también lo que se venga en la reforma tributaria, ya que los consumidores van a tener en cuenta toda su factura”.

En el caso particular del vino, el beneficio logrado al finalizar el debate en el legislativo permitirá que la carga impositiva se incremente cerca de 80% y no 153%, como lo había proyectado Asovinos; aunque de todas formas deberá defender a sus clientes de otras bebidas fermentadas, como es la cerveza.

Según el presidente de Asovinos, Nelson Izaciga, “la presión sobre el vino nos lleva a sostener el mercado y tenemos una tarea muy difícil porque, aun así, el consumo nuestro se va a desplazar hacia la cerveza, por lo que nosotros deberíamos estar igual de regulados que esta bebida”.

No hay que dejar por fuera del debate a los bares y las discotecas que, de acuerdo con Camilo Ospina, presidente de Asobares, “los productos importados incrementarán el precio de compra para los establecimientos aproximadamente en 20%”.

No deja de estar latente el mercado ilegal que puede abrirse con el incremento de precios, finalizó.

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Colprensa
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Jueves, 6 de Octubre de 2016
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