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Economía
Corrupción e informalidad lesionan la competitividad
Norte de Santander se ubicó 14 en el Índice Departamental de Competitividad.
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Daniel Villán Bustamante
Martes, 5 de Febrero de 2019

El deficiente desempeño administrativo, la falta de transparencia, el avalúo catastral, la alta tasa de homicidios, la fragilidad del mercado laboral, entre otros indicadores, fueron las razones que hicieron que Cúcuta y su área metropolitana tuvieran un resultado negativo en el Índice de Competitividad de Ciudades (ICC) 2018.

El estudio elaborado por el Consejo Privado de Competitividad (CPC) y el Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas de la Universidad del Rosario (Cepec), analizó diversos indicadores sobre la competitividad de las 23 ciudades principales del Colombia.

Este análisis sirve para complementar el Índice Departamental de Competitividad (IDC), donde Norte de Santander se ubicó 14 entre 27 departamentos en 2018.

En el caso de Cúcuta,  la mayoría de indicadores tuvo una nota por debajo de la media nacional que fue de 4,9 sobre 10. La ciudad se rajó en instituciones, infraestructura, sostenibilidad ambiental y educación superior.

Giordann Borda, investigador del Cepec, dijo que en Cúcuta hay una grave gestión fiscal porque “no se cuenta con autonomía fiscal ni capacidad local de recaudo”.

El investigador explicó que a la calificación de la ciudad no fue la mejor por el pobre desempeño administrativo y en transparencia, donde se revisan los casos de corrupción y manejo del gobierno, resaltando las fallas en la actualización del catastro urbano (posición 22 de 23).

El concejal George Salazar dijo que la base catastral está mal elaborada, por eso se debe hacer una actualización porque esa situación ha generado “una cultura de no pago del predial, por su elevado valor”.

Por otra parte, Borda destacó los malos resultados de Cúcuta en infraestructura, jalonados por la poca cobertura de acueducto, energía eléctrica y gas natural, que son bajas en comparación al resto del país.

“La conectividad tiene costos muy altos, en transporte hacia los mercados internos y los puertos. También, hay poco uso del transporte público y una incipiente infraestructura de tecnologías de la información y las comunicaciones”, explicó Borda.

Mercado laboral

La informalidad, la tasa de desempleo (16,3 %) y subempleo objetivo hicieron que en el indicador de mercado fuera pésimo (puesto 22 entre 23), evidenciando el problema estructural del aparato productivo de Cúcuta.

“Estos indicadores se han mantenido constantes en los últimos veinte años”, agregó Borda.

La alta tasa de informalidad (70,6 %) ha generado efectos secundarios en el desarrollo del mercado financiero, donde hay bajos índices de bancarización.

“Dada la poca demanda de productos bancarios, hay pocos establecimientos, baja cobertura de seguros y de cuentas de ahorro. Esto puede estar ligado a la informalidad, estas personas evitan tener cuentas porque eso conlleva pagar impuestos y el resultado es una baja capacidad de recaudo fiscal”, explicó el investigador de Cepec.

Mario Zambrano, investigador del Observatorio Regional de Mercado de Trabajo (Ormet), dijo que a pesar de que la situación de informalidad está “sobrediagnosticada, se debe apostar a fortalecer la formación para generar innovación en los procesos productivos de las industrias locales”.

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