Alejandro Criado Sanguino, un cucuteño de tan solo 19 años, llegó hace 3 años a Bogotá con el objetivo de marcar la diferencia y dejar su huella.

Con una maleta más pequeña que su afán de salir adelante y una beca del programa ‘Ser pilo paga’ emprendió su nueva vida alejada del ambiente cucuteño, que durante 16 años lo acompañó día y noche.

Decidió que la mejor casa de estudios para aprovechar su beca era la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito, que tenía buen ranking profesional y buen renombre por la calidad de estudiantes y por su alta exigencia.

“Me arriesgué a gancho ciego, con los ojos cerrados, y que Dios me ayudará. No conocía Bogotá, ni tenía familiares, pero pensé siempre en mi futuro, y en los retos que quería afrontar”.

Tan pronto como llegó, empezó a buscar en internet la dirección de la Escuela de Ingeniería y encontró una casa cerca donde estaban arrendando una habitación, allí fue bien recibido.

Recuerda que el primer año fue difícil, ya que en Cúcuta también había dejado a su familia y las comodidades que le ofrecía el hotel mamá.

En el Instituto Técnico Comercial Mercedes Ábrego, donde cursó su primaria y bachillerato, siempre se destacó por su promedio académico y porque siempre le gustó las matemáticas y física.

Cuando empezó su carrera universitaria en ingeniería electrónica, empezó a conocer lo que significaba ser emprendedor.

“Me preguntaba: ¿Cuál va ser mi futuro? ¿Qué quiero hacer realmente? Eso me llevó a conocer lo que es el emprendimiento y lo que  se necesita para ser emprendedor, emprender es solucionar, innovar, crear una solución con los recursos que se tienen”.

Aunque en todo su recorrido ha tenido tropiezos y fracasos, su respuesta siempre ha sido la misma: “revaluar, aprender e intentar de nuevo”. 

Hoy cursa sexto semestre y está representando a Colombia en una convocatoria de emprendimiento de alto impacto compitiendo con universidades como: Stanford, Berkley, New York y Boston.

La idea ganadora

Con la experiencia que adquirió en emprendimiento los últimos años, Criado se inscribió a Trepcamp nivel avanzado, un programa de inmersión en el que durante tres semanas se desarrollan competencias emprendedoras de alto impacto liderado por Impulsa Global.

La experiencia estuvo llena de conocimiento en el que realizó actividades como network, benchmark y cowork con emprendedores de toda Latinoamérica. 

En la competencia final se elegían a 3 equipos finalistas para competir contra los equipos ganadores de las demás sedes.

“Gracias al esfuerzo y al trabajo que se realizó durante las 3 semanas fui uno de esos finalistas,  siendo del selecto grupo de los mejores equipos en todo el mundo”, explicó.

Durante la competencia desarrolló el proyecto Racu, una plataforma digital experiencial para el desarrollo de habilidades blandas como capacidad de liderazgo, relaciones interpersonales y actitud positiva.

Pensando en que la mayoría de los empleadores están considerando estos factores en su proceso de selección, esta iniciativa se convirtió en una gran apuesta innovadora.

“El 73% de los empleados que fueron despedidos en el 2017 fue por causas relacionadas con las soft skills (habilidades blandas), no porque no supiera desarrollar sus competencias o no tuvieran conocimiento técnico, sino porque no sabían liderar, no sabían recibir órdenes o no separaban las cuestiones personales de las laborales”, dijo.

Según Criado, lo que están haciendo las empresas para mejorar ese aspecto es enviar a sus trabajadores a cursos que no son 100% satisfactorios por el límite de tiempo y porque representa mayores gastos.

Racu pretende atacar estos problemas de raíz antes de que los profesionales o técnicos salgan al mundo laboral.

“Nuestro nicho de mercado son las universidades y el Sena acá en Colombia”, aseguró.

A través de una aplicación disponible para IOS y Android, los usuarios pueden acceder a la plataforma donde se encuentran contenidos didácticos como juegos, videos y cosas prácticas para que las habilidades se desarrollen  de manera natural y no se vea como un curso tedioso.

“Nosotros llevamos desarrollando esta idea desde hace más de un año, con Luis Miguel Verbel mi socio, nos conocimos en Trepcamp y allí mejoramos el proyecto”, dijo Criado.

Otros proyectos

Antes de Racu, Criado desarrolló un sistema llamado Hogo-Bags que se adapta a cualquier maleta para alertar al usuario que está siendo abierta.

“Vi una problemática bastante grave acá en Bogotá, luego lo centré a Colombia y a Cúcuta porque hay un índice alto de robos, más alto el cosquilleo que en Bogotá, de ahí nació esta idea.

El sistema cuenta con una aplicación que se conecta al teléfono y a la maleta, se puede desactivar de manera análoga.

“En situaciones como el factor de oportunidad, por ejemplo cuando estás en un restaurante comiendo y tienes tu maleta al lado, pero volteas a ver y ya no está, se aleja más de cuatro o cinco metros del usuario te llega una notificación al celular para avisar que se está alejando, después de más distancia empieza a sonar para identificar quién la tiene”, explicó.

Está iniciativa la empezó a trabajar en el 2016, pero se mejoró en 2017 para llegar al producto final.

Criado contó con el acompañamiento de estudiantes de ingeniería, magísteres y PHD de la Escuela de Ingeniería como el decano de la facultad.

Hogo-Bags fue presentado el año pasado en un concurso de emprendimiento con las universidades de Bogotá.

“Mostramos la utilidad del servicio y la problemática. Obtuvimos el segundo lugar y ganamos un premio económico que se invirtió en su totalidad al proyecto”.