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Economía
Cucuteños y venezolanos crean empresa de detergentes
La planta opera desde agosto en la zona franca de Cúcuta. 
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Jueves, 5 de Abril de 2018

Detergentes y jabones amigables con el medioambiente son la apuesta de la nueva empresa que llegó a la zona franca de Cúcuta.

Un grupo de cinco emprendedores, dos cucuteños y tres venezolanos, juntaron sus conocimientos para sacar adelante el proyecto empresarial. 

Inicialmente, por las bondades estratégicas y debido a que uno de los integrantes del proyecto vive allá, Panamá era la primera opción.

Tras analizar las ventajas que ofrecía el parque industrial y el deseo de apostarle el desarrollo económico de la ciudad, cambiaron de opinión y trasladaron su iniciativa a la capital de Norte de Santander.

En la zona franca de Cúcuta están desde agosto del año pasado y durante estos meses han trabajado en la adecuación de las instalaciones. El trabajo no ha sido fácil ni económico.

Hasta ahora la inversión ha sido de 500 millones de pesos, aproximadamente, pero ya están listos para empezar a trabajar.

La idea de la marca Cosmogreen es competir palmo a palmo con las empresas nacionales en el mercado de los detergentes, con el valor agregado de ser amigables con el medioambiente. Sin embargo, la tarea es larga.

Carolina Moros, abogada y representante legal de la empresa, sabe que esto se da paso a paso. Inicialmente, el objetivo es competir y ganar espacio en el mercado local. Después llegar al nacional y, por supuesto, el extranjero, porque esa es la apuesta real: exportar.

Hablando de tiempo, el objetivo es que en un año ya puedan estar dando pasos en el mercado extranjero. 

En temas de producción también irán poco a poco. Con un promedio de seis empleados constantes, se irá trabajando conforme lo dicte las leyes básicas del mercado: oferta y demanda. Pero si hay una cifra planteada de 100.000 litros mensuales de detergente al finalizar 2018.

No es fácil apostar 

La tarea de Moros y su equipo, así como la de los empresarios que le están teniendo confianza al desarrollo de este parque industrial, no es fácil.

La bodega fue construida por los empresarios y es desmontable.

La emprendedora, por ejemplo, para no entrar en gastos de arreglo de bodegas, acordó la construcción de su propio sitio de trabajo. Es una bodega en material prefabricado, que ella pueda desarmar y llevarse cuando decida no estar ahí.

Esta opción, la primera de esta naturaleza que se desarrolla en el lugar, es un primer paso para lo que buscan los empresarios: que les vendan las bodegas, porque invertir en mejoras locativas no es un negocio cuando el inmueble no es propio, así como tampoco lo es pagar arriendo.

El otro dilema de Moros para empezar a producir fue la adecuación de servicio público. Este precisamente ha sido uno de los problemas que han tenido que enfrentar los empresarios que llegan a instalarse en el lugar.

Desde la asociación de usuarios de la zona franca esta es una de las solicitudes al dueño del inmueble: la Gobernación de Norte de Santander.

En esto se ha ido avanzando, pero aún no se define un plan de trabajo a varios años. Entre las cosas pendientes para que esto suceda, está que se confirme cual será el modelo de administración del régimen franco.

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