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En la frontera, el comercio hormiga es humanitario

Esta dinámica comercial ha tenido efectos positivos y negativos en la economía local.

Hace más de cinco años, la capital del Táchira, San Cristóbal, recibía a cientos de familias colombianas que los fines de semana viajaban 50,6 kilómetros de distancia (2 horas) para arrasar con los productos de los anaqueles en los supermercados.

Los bajos precios de los alimentos, por causa de una moneda que empezaba a devaluarse, beneficiaban a los cucuteños. Hoy, la mesa giró y son los venezolanos los que a pesar de las dificultades por el cierre de frontera (hace casi 4 años), que se levantó parcialmente el pasado 8 de junio, visitan la ciudad para comprar productos de la canasta básica que la crisis en su país volvió inalcanzables.

Esta dinámica comercial ha tenido efectos positivos y negativos en la economía local. William Tarazona, gerente de supermercados Betel, dijo que en su negocio las ventas han subido un 25% por los venezolanos. Sin embargo, algunos productos como las harinas de trigo y maíz, han escaseado.

“La demanda ha sido mayor a la oferta, eso ha hecho que el precio suba y ha generado restricciones en las ventas. La medida está afectando a venezolanos y colombianos porque pedir la cédula a los compradores es complejo. Por eso, para evitar la reventa vendemos máximo dos harinas por persona o si el cliente solo llega a comprar altas cantidades de un producto no lo permitimos”, explicó.

Jerónimo Roa, encargado de la Droguería San Nicolás, dijo que atienden 100 venezolanos al día aproximadamente y lo que más venden son antibióticos como la ciprofloxacina y acetaminofén. “Nosotros vendemos las medicinas a precio de costo, con el objetivo de ayudar a las personas que no las consiguen en su país. En los últimos meses las ventas aumentaron aproximadamente un 30%”, aseguró.

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Jaime Ortiz, director ejecutivo de la Asociación de Supermercados Independientes de Cúcuta (Asicuc), dijo que los productos que escasean no tienen control de precio y algunas empresas están regulando la cantidad para no desabastecer a los clientes. “Dependemos de productores y fabricantes, si ellos tienen las capacidades, nosotros podemos tener mercancía, de lo contrario no”, manifestó.

Jorge Jaller, gerente de la marca Éxito, dijo que los resultados operativos de sus almacenes en Cúcuta son positivos y evidencian un crecimiento en ventas y en utilidades desde hace varios años. Sobre las restricciones a la compra de grandes cantidades, Jaller dijo que sus almacenes son de comercio al detal y no de ventas al por mayor, “por eso de algunos productos que son más demandados, no se venden más de cuatro ofertas por cliente”. Sin embargo, en la práctica se evidencia que esta medida no es efectiva.

¿Más económico?

Ailen Rangel tiene 36 años y vive en Caracas. Es asistente administrativa de la ensambladora de motos Suzuki Venezuela, y desde hace 3 años viaja hasta 16 horas para ir a Cúcuta.

Rangel viene a comprar harina, azúcar, café, aceite, arroz, leche en polvo, entre otros productos. “En Venezuela también se encuentran estos alimentos pero son muy caros; aquí es más económico comprar, especialmente con dólares”.

La venezolana añadió que en Caracas hay bastantes ‘bachaqueros’ que venden los productos en dólares porque ya no aceptan bolívares.

Ángel Farfán tiene 28 años y viene desde Aragua (14 horas) a comprar harina, arroz, aceite y azúcar. Él se desempeña como barbero y explicó que la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) pide una ‘colaboración’ para dejarle pasar la mercancía; “no solicitan facturas ni nada, solo les importan los bolos (dinero)”.

“Comprar en Cúcuta es más rentable, algunos de los productos que uno lleva se revenden para recuperar la plata invertida. El bachaqueo se ve mucho, cada quien vende lo suyo y luego vuelve a viajar a Cúcuta”, aseguró el venezolano.

La mercancía que llevó Farfán la venderá a un precio mayor al que la compró en Colombia, aunque aclara que este monto está por debajo de los precios en Venezuela. “El mercado alterno de víveres que hay es muy grande y la mayoría de los abastos y bodegas tienen mercancía colombiana”.

Las autoridades responden

La Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) informó que actualmente en las fronteras con Venezuela no hay operaciones de comercio exterior formales, solo se encuentra habilitado el paso peatonal.

El general Juan Carlos Buitrago, comandante de la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa), explicó que la situación de la frontera es “atípica”, causada por la falta de cooperación y control de las autoridades venezolanas y porque están habilitados los corredores humanitarios. Según la Dian, los corredores permiten que los venezolanos y los colombianos que residen en Venezuela puedan atender sus necesidades básicas en Cúcuta.

Aunque, la entidad manifestó que hay mercancía de contrabando entrando en pequeñas cantidades a través de correos humanos, así como salida de grandes cantidades de víveres con fines comerciales. Por eso, a diario aprehenden alimentos y productos que ingresan o salen del país.

Sin embargo, Buitrago dijo que “la política del gobierno sobre el control de las autoridades es la de no perseguir al más vulnerable, al ciudadano que tiene como medio de sustento esos productos; por eso no hay estrategias ni operaciones de judicialización contra estas personas”.

La Dian dijo que actualmente no es posible determinar quiénes compran para su sustento y quiénes lo hacen con un objetivo comercial. Además, “por las trochas hay un paso ilegal de mercancías que al parecer son controladas por carteles de contrabandistas que operan en la zona y evitan los controles de las autoridades aduaneras, migratorias y policiales”.

El comandante de la Polfa manifestó que los venezolanos que participan del ‘comercio hormiga’ se convierten en el principal combustible de las mafias. “Lo primero que estamos haciendo las autoridades es controlar a los grandes abastecedores que tienen un negocio criminal a lo largo de la frontera. Lo segundo es fortalecer la investigación para judicializar a estas bandas y quitarles la plata y los bienes de la renta ilegal”.

¿Una solución?

La norma aduanera establece que las aprehensiones y decomisos proceden “cuando las mercancías de origen nacional o nacionalizadas o desaduanadas, estén saliendo por la frontera nacional por un lugar no habilitado o sin el cumplimiento de las formalidades aduaneras”.

Para evitar que las mercancías incumplan con estas formalidades, como actualmente ocurre, y permitir su libre tránsito, la Dian propuso la actualización de la canasta básica para el paso de 94 productos.

Esta resolución define ocho categorías de productos y un cupo de salida que no supere las 93 Unidades de Valor Tributario (UVT), es decir, $3.233.610.

Del cupo, el 90% deberá ser destinado a productos de salud, alimentación, vivienda y educación. Eso significa que los venezolanos podrán llevar máximo $2.878.680 en estas mercancías, que estarán exentas del pago de derechos de aduana.

La Dian informó que la resolución aún se encuentra en estudio y que una vez sea proferida se establecerán y ajustarán las medidas de control. Aunque, advirtieron que las acciones que tome el Seniat o la GNB sobre el paso de mercancía “son impredecibles” y la entidad no tiene ningún tipo de injerencia en estas decisiones.

Mientras las autoridades determinan qué medida se implementará en la frontera, el ‘comercio hormiga’ continúa alimentando los anaqueles de las bodegas y mitigando el desabastecimiento en el vecino país. Sin embargo, la gran pregunta es, ¿por cuánto tiempo podrá Cúcuta ser la despensa de Venezuela?

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Daniel Villán Bustamante
Sábado, 15 de Junio de 2019
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