El que los gobiernos aún no hayan llegado a un acuerdo sobre las reglas que deben regir el intercambio económico binacional no es un impedimento para que los gremios económicos de la frontera continúen trabajando en la integración fronteriza.
Tras una reunión preliminar la semana pasada, los voceros de las diferentes entidades del estado Táchira (Venezuela) y Norte de Santander (Colombia), acordaron desarrollar mesas de trabajo en donde discutirán los diferentes temas que faciliten un intercambio comercial dinámico y rentable.
A la primera mesa de trabajo para avanzar en este propósito que se desarrollará el próximo 14 de diciembre, se espera la asistencia de directivos de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) y la Cámara de Comercio de Cúcuta, como parte de la delegación nortesantandereana. Por su parte, del país vecino estarían Fedecámaras Táchira, la Asociación de Comerciantes del Táchira, junto a las cámaras de Comercio de Ureña y San Antonio.
Daniel Aguilar, presidente de Fedecámaras Táchira, explicó que “la idea es, en primer lugar, reactivar la integración económica y social de la frontera, porque hemos visto que los sectores políticos han venido fallando en las soluciones que han ofrecido a la problemática fronteriza”.
Un buen negocio
Para Aguilar, el intercambio de mercancías en la franja binacional siempre ha representado un buen negocio.
Según el vocero, solo con el paso peatonal autorizado, Norte de Santander está recibiendo 2.000 millones de bolívares por día. Todo esto sin contar el paso controlado de mercancías en horario nocturno, las cuales no pasan de 50 transacciones en los dos meses que llevan restablecidas, muy por debajo de las 120 movilizaciones semanales que se alcanzaban antes del cierre fronterizo.
El problema de la moneda
El presidente de Fedecámaras Táchira explicó que el principal obstáculo para consolidar un intercambio equilibrado es el diferencial cambiario y la ausencia de dólares en Venezuela; por lo que constituirá un reto para ambas partes encontrar un mecanismo.
El problema que se ha generado con el paso masivo de personas particulares que van a Cúcuta a hacer sus compras es que movilizan hacia Colombia grandes cantidades de efectivo, que luego no retorna a Venezuela. “Entonces aquí nos estamos quedando sin papel moneda; mientras en Cúcuta ya hay comercios que se niegan a recibir bolívares porque el mercado está saturado”, agregó.
